Y si bien puede haber una cartografía electoral más equitativa y hasta “efectos” nacionales, la oposición local, no cambia e insiste en ser comparsa.
En particular en el PRD de Quintana Roo permea de nueva cuenta el doble discurso.
Por un lado, Andrés Manuel López Obrador insiste en limpiar la elección y continúa recopilando pruebas del fraude, a pesar de la distancia de seis puntos.
Pero en Quintana Roo, los candidatos perdedores, se dieron la media vuelta, tras la elección.
Hay evidencias, de compra y coacción del voto, antes y durante la jornada electoral. La inequidad de los medios llegó a los extremos, incluidos los del estado. Es decir lo que se señala en el contexto nacional, también lo hubo, en el ámbito estatal.
En particular Gerardo Mora y Alonso Ventre, dijeron, tras los cómputos, a “otra cosa mariposa”, aunque estuvieron a menos de cinco puntos de sus respectivos adversarios priistas.
Quizá no revierta el resultado, pero no hubo el mas mínimo decoro de señalar las irregularidades ante los tribunales.
Así, con esa “oposición”, cualquier priista gana en Quintana Roo. Hasta el “Niño Verde” o Román Quian.