Al Gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, ya lo sabemos, no le gusta que hablen mal de él y menos que le pongan apodos.
Sobremanera le incómoda, como a todos, que destaquen rasgos negativos de su personalidad o de su físico.
Es terreno de la sicología determinar porque a unos les afecta más que a otros que le impongan adjetivos o motes.
Sin embargo, cuando se ostenta un cargo público, dicen los clásicos, hay que tener la piel muy dura para no salir espinado.
Esto viene a cuento porque hoy, en el noticiero de Radio Turquesa de Cancún, se ventiló que Borge fue llamado “El Gordito de las Cebollas”.
El conductor del noticiero, con celo inusual, resaltó que el apodo era una falta de respeto a la investidura del Gobernador.
Dijo Jorge Domínguez que el apodo se lo puso el Alcalde de Benito Juárez, Julián Ricalde Magaña.
Y aunque editorializó ampliamente sobre el tema, no presentó, como debiera esperarse en un programa de radio, la grabación del supuesto agravio.
Desde aquí, Noticaribe rechaza que la política en Quintana Roo se rebaje a poner apodos y se conduzca con bilis y manotazos.
Pero si alguien llamó o no a Beto Borge el “Gordito de las Cebollas” y si éste se enoja por eso, no es el tema. Es irrelevante.
Lo grave, a nuestro parecer, es que la fuente del conductor sobre el apodo al Gobernador no fue uno de sus reporteros que lo escuchó.
Tampoco fue un vecino y menos, como ya lo hicimos notar, una grabación aunque sea anónima.
Tampoco queda claro el lugar y el contexto. Si fue una broma o una expresión coloquial.
De hecho, el Alcalde parece que ya ha rechazado haber llamado así a Borge.
Aquí lo grave es que la fuente del conductor de Turquesa sea “Gobernación”.
¿Se refería a la Segob federal o a la Secretaría de Gobierno estatal?
Dijo el conductor que en su poder estaban las pruebas de tan “fuerte” agravio. Pero no las mostró.
No importa si es verdad o no. Quizá haya alguien interesado en irritar a uno y confrontar a otro.
Lo grave es el desliz de que un actor político, en este caso un Alcalde, esté siendo espiado, monitoreado por Gobernación.
No nos rasguemos las vestiduras: Sabemos que siempre ha sido así, y quizá antes mucho más.
Sabemos que el Gobierno se maneja con “orejas” y escuchas ilegales.
Pero, insistimos, lo grave es que esta “normalidad” sea aceptada sin cuestionamientos por quienes deberían estar más alertas.
Y que ahora la fuente de un medio sean estas “orejas” y eso no sea noticia. Pero sí el apodo de “El Gordito de las Cebollas”.
Medios que se prestan a este juego de golpeteo con las “armas” del Estado poco abonan al periodismo, a la democracia y a la transparencia de los poderes.
¿Este es el PRI que viene? ¿El PRI de siempre o el PRI que nunca se fue?
Los medios independientes y las voces que no se doblegan ya hemos sufrido este tipo de embestidas.
Ahora también van contra actores políticos rivales que generan incomodidad o son un freno para recuperar territorios perdidos.
Y peores cosas se verán porque este es el PRI que Gobierna actualmente en QR.
Y es el mismo PRI que está decidido a imponer todos sus convenios y su poder mediático para cobrar afrentas, aunque de un apodo se trate.