El salmón transgénico, el primer animal modificado genéticamente para consumo humano, está más cerca de llegar al plato luego de 23 años de exámenes. La FDA, la agencia que regula los alimentos y medicamentos en Estados Unidos, ha dado un paso más en esa dirección. La agencia concluye que el consumo de este pescado, diseñado para tener un rápido crecimiento, «no tendría un impacto significativo» en el medio ambiente. La FDA también dice que sería tan seguro como el salmón común.

Este no es el último paso para dar luz verde a su venta. Antes de que lo veamos en las pescaderías, el salmón transgénico deberá superar unos cuantos obstáculos más. De momento, se ha abierto un periodo de 60 días durante el cual la aprobación estará sometida a escrutinio público y se recibirán todo tipo de alegaciones.

Mismo sabor, doble crecimiento

El nuevo salmón ha sido desarrollado por la compañía «AquaBounty». Su carne tiene el mismo sabor, textura y propiedades nutricionales que su pariente natural más próximo, el salmón común o del Atlántico. Pero su rendimiento económico es superior. Crece el doble de rápido y alcanza su tamaño final en la mitad de tiempo. Frente a los tres años que necesita el salmón del Atlántico para completar su desarrollo, el pescado diseñado por «AquaBounty» está listo para servirse en el planto en apenas año y medio. Esa característica es lo que le convierte en un experimento de la biotecnología tan atractivo para la acuicultura.

A simple vista es similar a cualquier salmón, aunque solo lo parece. Para su creación se necesita acertar con un cóctel genético de tres especies diferentes: el salmón común, un pez de la familia de las anguilas (Zoarces americanus) y el salmón Real (Chinook), el gigante de los salmones. El resultado es un pez híbrido, de aspecto similar a un hermoso salmón con dos genes ajenos, uno de la hormona del crecimiento del salmón Real y otro del pez anguila. Estos dos genes son los que permiten acelerar su crecimiento.

Otra diferencia sustancial es que las hembras de estos salmones modificados genéticamente son estériles. De esa manera se intenta proteger el medio ambiente. En el hipotético caso de que algún ejemplar se escapara de las granjas marinas donde se crían nunca llegarían a reproducirse con la población natural. Aunque esta técnica de esterilización no se ha demostrado.

Una decisión polémica

Pese a las precauciones, la decisión de la FDA será, sin duda polémica. La empresa que lo comercializa lleva dos años luchando con el organismo regulador desde que la empresa solicitara el permiso para su comercialización. Como ocurrió con la carne clonada o los cultivos transgénicos, el salmón de biotecnología despierta recelos de consumidores y grupos ecologistas.

La polémica tampoco favorece al Gobierno estadounidense. El periódico «New York Times» recuerda que el informe de la FDA donde se garantiza la seguridad para el medio ambiente está fechada el 4 de mayo. En el diario estadounidense se especula con la posibilidad de que la Administración Obama hubiera retrasado la idoneidad del salmón para evitar una polémica cuando el presidente se jugaba su reelección. (Fuente: ABC)

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