“Si el proyecto Dragon Mart representa un antecedente para triangular el comercio internacional y crear un acceso preferencial al mercado de Estado Unidos, entonces estamos en la antesala de una pérdida de capacidades productivas y creación de comercio”, sostuvo.
Expone que la racionalidad económica sugiere que “no podemos ponerle la mesa del libre comercio regional a una economía que no practica nuestros mismos principios sobre la base de una competencia real”.
El organismo de investigación del sector privado destaca que la economía, medida a través del IGAE, tuvo un avance anual de 4.14 por ciento en el penúltimo mes del año pasado, con lo que en el lapso enero-noviembre acumuló un crecimiento anual de 4.3 por ciento.
Es muy probable, señala, que este comportamiento incida favorablemente en las expectativas para 2013, elevando el pronóstico de crecimiento económico, pero lo relevante es la posibilidad que tiene la economía de incrementar su dinamismo si se instrumentan las políticas adecuadas que fortalezcan la capacidad productiva del país.
En este contexto, el CEESP considera que es claro que el libre comercio como un generador de crecimiento, progreso material y bienestar de las naciones, es un postulado no sujeto a mayor cuestionamiento. México busca fortalecer sus relaciones no sólo con Estados Unidos, que su principal socio comercial, sino con el resto de bloques con quienes tiene una relación de intercambio, como China, pero sobre la base de la competencia, un comercio justo ajeno a prácticas desleales y libres de intervencionismo estatal.
Esto viene a colación por la fuerza que ha tomado en meses recientes el anuncio sobre el desarrollo Dragon Mart, que ha inyectado una dosis de incertidumbre sobre el beneficio que tendría para el país, precisa.
Señala que diversos sectores de la sociedad, entre ellos el empresarial, se han pronunciado por la definición de una política industrial de carácter pragmático, proactiva a un mayor crecimiento económico y generador de empleos, inquietud que también ha quedado definida en los compromisos del reciente Pacto por México.
En su opinión, una preocupación mayúscula que gira en torno a las implicaciones del proyecto Dragon Mart es si éste podría inhibir la posibilidad de los productores y empresas locales de intensificar el escalamiento industrial y las capacidades tecnológico-productivas como premisa fundamental del libre comercio.
La preocupación puede no ser tan infundada si se considera que la creciente cuota del mercado mexicano para las importaciones provenientes de China responde a una mayor competitividad de sus manufacturas, básicamente derivadas de un bajo costo salarial, pero también de un fuerte intervencionismo del Estado.
De acuerdo con el CEESP, esto puede reflejar un caso de desplazamiento y no de creación de comercio en la relación bilateral México-China. Menciona que las oportunidades de hacer negocios y la llegada de Inversión Extranjera Directa (IED) son fundamentales para México, pero hay que revisar cuidadosamente qué tipo de proyectos se proponen a partir del Dragon Mart.
Indica que una de las principales preocupaciones se refiere al registro sistemático de casos de dumping del comercio de productos provenientes de China. Esto debido a que ese país registró el mayor número de medidas antidumping (643 o 24 por ciento del total) registradas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) a junio de 2012, de la cuales 92 fueron reportadas por Estados Unidos y 19 por México.
Asimismo, puntualiza el CEESP, China se ha ganado un lugar especial por ser el que más ha infringido los derechos de propiedad intelectual.
Ante ello se requiere una investigación seria y urgente por parte de las autoridades antes de autorizar cualquier forma IED, para tener la certeza de que un centro de acopio, exhibición y distribución (y su momento de ensamblaje) como el propuesto no representa una forma de cubrir y triangular prácticas desleales durante la fase de importación. (Fuente: Notimex)
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