CANCÚN, MX.- Después de la riña que se registró la semana pasada en donde cuatro reos estuvieron a punto de ser linchados, ya se dieron los primeros cambios en la cárcel de Cancún.
El subdirector operativo José Miguel Castro Maganda presentó su renuncia y quien lo sustituirá al parecer es un militar retirado.
La tensión en el penal prevalece y por ello, las autoridades carcelarias no “bajan la guardia”, con apoyo de militares.
Para la Secretaría Estatal de Seguridad Pública, la riña registrada el lunes de la semana pasada fue un hecho “cotidiano”, una riña más entre internos que no vulneró la seguridad del penal.
Sin embargo, poco a poco han ido saliendo a la luz pública detalles de lo que ocurrió realmente ese día.
Martín Yáñez Rodríguez (a) “El Mayuyo”, Erick Antonio Moscoso Ferral (a) “El Negro”, Alejandro Valdez Gutiérrez (a) “El Pelón” y José Daniel Rivera García (a) “El Zafiro”; todos integrantes del grupo delictivo de “Los Zetas”, fueron trasladados del Cereso de Chetumal a la cárcel de Cancún, para una diligencia programada en el Juzgado Primero de lo Penal, en donde se ventila el proceso 243/2010 por los delitos de secuestro, privación ilegal de la libertad, homicidio y asociación delictuosa.
Los cuatro reos fueron metidos en la celda destinada para los reclusos de nuevo ingreso, la cual fue habilitada en donde anteriormente existía una tienda en la cárcel.
Esta se encuentra en medio de la zona conocida como “Cuadro”, al alcance de la población carcelaria en general.
Cuando corrió la voz de que los cuatro “Zetas” estaban en el penal, la población carcelaria comenzó a enardecerse, pues estos sujetos eran quienes mantenían el control de la cárcel y asolados a todos los internos con el cobro de cuotas y extorsiones.
Fue tal el enojo de los presos, que comenzaron a abrir un boquete en la celda y por ahí comenzaron a arrojar agua caliente y orina a los cuatro reos.

La intención era matarlos

El director del penal intervino al ver la revuelta, al igual que el resto del personal y fue el subdirector operativo José Miguel Castro Maganda, quien realizó dos disparos al aire para dispersar a los reos y un celador fue quien realizó más disparos.
Al final, los cuatro reos fueron sacados y sólo uno de ellos tuvo que ser atendido por paramédicos de la Cruz Roja, por presentar lesiones por golpes, aunque estos no fueron de consideración.
De manera extraoficial se sabe que el subdirector operativo no contaba con licencia actualizada para el uso de armas de fuego, por lo que determinó presentar su renuncia después de lo ocurrido.
Se sabe también, que en su lugar fue designado un militar en retiro, aunque se desconocen mayores datos sobre él.
Después de la riña que estuvo a punto de salirse de control, un grupo de militares acudieron al penal y fue uno de ellos quien habría sido nombrado como subdirector operativo, en sustitución de Castro Maganda.
Aunque todo se encuentra en aparente calma, el peligro de que se desate algún motín está latente y por ello, se han reforzado las medidas de seguridad. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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