Con una visión patrimonialista y caciquil, incluso superior al rancio priismo que gobierna Quintana Roo, los perredistas dieron a conocer la lista de sus precandidatos a diputados plurinominales, regidores y síndicos de la entidad.

Como es costumbre, apareció el nombre de la ex diputada, ex regidora y ex alcaldesa Latife Muza Simón, quien por cierto aún no aclara el destino de los 229 millones de pesos etiquetados que se ejercieron en su breve periodo como alcaldesa de este puerto, y ahora su hija la ex edil Latife Cardona Muza.

También se encuentran el ex líder estatal del PRD, Emiliano y su hermano Salvador Ramos Hernández, quienes juntos con su carnal Alejandro y su padre Salvador Ramos Bustamante, controlan desde hace 20 años al perredismo local, con la consecuente negociación de candidaturas e incluso tomas de nota para su sindicato.

El yerno de este clan, el dos veces regidor y diputado local, Rafael Quintanar González, junto con sus familiares Blanca Melisa Quintanar Ramos y Fidencio Quintanar González, también aspiran a cargos de elección popular.

El empresario radiofónico Gastón Alegre, el ahora adulador priista Juan Ignacio García Zalvidea, mejor conocido como El Chacho, y Gregorio Sánchez Martínez, obtuvieron la franquicia perredista para sus respectivas candidaturas a través de los “buenos oficios”de la familia Ramos Hernández, bajo la tutela de su progenitor Salvador Ramos Bustamante

El ungido

En trance, con lágrimas en el rostro y extasiado por la febril solicitud divina de su suegro, el virtual candidato del Partido del Trabajo a la presidencia municipal de Benito Juárez, el diputado local con licencia del PRD, Alejandro Luna, tembloroso se reincorpora del suelo y alza los brazos; seguro, muy seguro que por la vía celestial ganará las elecciones de julio próximo.

Un buen número de píe y otros de rodillas, la mayoría mujeres, decenas de líderes de colonos, que cobran mil pesos a la quincena para atraer posibles votantes y participar en mítines, escuchan en silencio al ex alcalde Gregorio Sánchez Martínez.

Con la mano derecha en la cabeza de Alejandro Luna, y la mirada al techo del inmueble Ashanti, Greg implora a todo pulmón: “Señor, mi dios, tu que tienes el poder de todo y la gloria, te pido humildemente que hagas presidente municipal a mi yerno”.

Delirante, el también ex candidato a gobernador del PRD, cimbra con su plegara al auditorio, donde apenas se escuchan las voces de los niños que inmediatamente son callados por sus padres.

“Dios mío, mi yerno es el ungido, ayúdalo a ser presidente municipal de Cancún, con él vamos a mejorar las condiciones de todos tus siervos, escucha las oraciones de todos los que estamos aquí, él debe ser el próximo presidente municipal para bien de todos nosotros”, exclama febrilmente.

El apoteósico acto político-religioso culmina con un excitado Gregorio Sánchez mirando al cielo y ofreciendo a su pequeño hijo al creador.

La muerte tiene permiso

El domingo pasado, la delincuencia organizada ejecutó a ochos personas en Cancún, el principal destino turístico del país, mientras el gobernador Roberto Borge festejaba el cumpleaños del ex secretario de Hacienda y virtual candidato a la presidencia municipal de Solidaridad, Mauricio Góngora.

En lo que va del año, las bandas del crimen organizado que se disputan la plaza han ultimado en este centro vacacional a 34 personas.

Lo bueno del caso, según el procurador, Gaspar Armando García Torres, es que se están matando entre ellos, no se están metiendo con la población.

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