Sobre la loma de picheo del estadio profesional de beisbol Beto Ávila, donde juegan “Los Tigres” de Quintana Roo, el gobernador Roberto Borge Angulo se acomoda la gorra, embona bien la manopla en su mano izquierda y como los grandes se perfila para lanzar la primera bola de apertura de la temporada 2013.
Es sábado 23 de marzo y el estadio luce a reventar. Sobre la cuarta base, justo frente a él, Iker “El Vaquero Franco”, cátcher de los Diablos Rojos, aguarda la trayectoria de la pelota. En su rostro se ve satisfacción, pero en seguida viene el silencio asociado a la concentración pero muy probablemente también a los recuerdos de la infancia cuando se soñaba estar, algún día, entre los principales ídolos del “rey de los deportes”.
Por fin se decide y lanza una recta que hace estallar en aplausos al público, el bombardeo de flashazos de la prensa. Fanático del diamante, Borge Angulo es la estrella de la noche y acudido ahí para la ceremonia de parido pero también para la inauguración simbólica de su palco VIP, con Sky, aire acondicionado, servicio de bar y elevador, a semejanza del emblemático Yankee Stadium, en Nueva York.
Durante sus dos años al frente del gobierno del estado de Quintana Roo, Roberto Borge ha impulsado “importantes” obras en beneficio de los deportivas: albercas, remozamiento de campos (pintura y tableros), gimnasios, unidades deportivas, apoyo a jóvenes competidores, además de que la entidad logró escalar en el medallero nacional el año pasado.
Pero la obra que seguramente le ha traído mayor satisfacción es la habilitación de su palco VIP en el estadio Beto Ávila, cuyo elevador conduce a un lujoso recinto con seis butacas de piel, pantallas de LCD, bar y una vista única para el disfrute de los juegos de toda la serie, lo cual contrasta con la austeridad a la que se ha sometido al béisbol amateur que clama por espacios dignos.
Uno de los pioneros del “rey de los deportes”, José Calderón, dijo en entrevista hace un par de meses que veía un negro panorama para el béisbol amateur cuando en otros tiempos había sido una zona 100 por ciento beisbolera.
“Pedimos una caseta para protegernos del sol, una grada, pelotas, un entrenador, no se necesitan millones”, fue su súplica ante el lastimoso panorama que presentan los estadios de Benito Juárez: El Venancio Pech y el Toro Valenzuela.
“Por ejemplo, el Beto Ávila es un estadio que no se está utilizando al 100 por ciento. Se me hace muy egoísta que ese estadio, que se construyó con el esfuerzo de los quintanarroenses, se le haya dado a una empresa que pertenece a un multimillonario mexicano, como es Carlos Peralta, hijo del ‘viejo Peralta’, un pilar del beisbol mexicano, pero su hijo no sabe si la bola es redonda o es cuadrada”, comparó el empresario pionero de Cancún.
Para nadie es un secreto que Borge Angulo haya priorizado en su agenda las visitas al Beto Ávila en comparación con el estadio Andrés Quintana Roo, del Atlante, que recibía mayor atención del anterior mandatario, Félix González Canto.
Todo el Beto Ávila cuenta con el sello de la administración “Comprometido Contigo” y a las dos últimas aperturas de temporada ha acudido el gobernador a lanzar la primera bola con todo y uniforme.
En la última apertura, el pasado 23 de marzo, la cantante Ana Bárbara interpretó el Himno Nacional Mexicano y estuvo junto a los directivos del equipo felino, Cuauhtémoc Rodríguez Meza, Hassan Taja Abraham, Francisco Villanueva Muñoz y Amador Gutiérrez Guigui, y del representante de la escuadra capitalina, Roberto Castellón.
El gobernador aprovechó ese momento de ensueño para señalar que en Quintana Roo el deporte recibe fuerte apoyo, tanto en el ámbito profesional como en el amateur, “y animó a la escuadra felina a luchar con profesionalismo y garra para buscar nuevamente el banderín de la LMB”.
En cambio, desde el amateurismo se ha criticado la nula interacción de Tigres con los valores locales. “Cuando termina la temporada de la liga mexicana de béisbol se cierran las puertas del estadio y no permiten que participe ningún cancunense dentro de ese estadio”, denunció Calderón.
“Cuando se podría aprovechar ese espacio para hacer una liga infantil o juvenil, con tanta falta que hace contener a los jóvenes que están cada vez más cerca de los vicios y más lejos del deporte”.
La suntuosidad del espacio del mandatario estatal en el Beto Ávila, está lejos por ejemplo de las modestas instalaciones del gobierno municipal (PALCO VIP 12), que cuenta con 11 sillas plegables y una puerta metálica que se sostiene con un block de cemento.
Fuera de base. Aunque el sucesor de González Canto se ha esforzado en ser recordado como el gobernador del deporte, las metas todavía se ven lejanas.
Durante un discurso pronunciado el miércoles 14 de noviembre pasado, el gobernador se comprometió a entregar “en unos días” el Centro de Centro de Alto Rendimiento Mixto en Cancún, “esto nos va permitir también crecer en las disciplinas deportivas, vamos estar con ustedes…y vamos a seguir creciendo en deporte, yo estoy convencido de que tenemos que apostarle al deporte para que ustedes salgan bien”.
La obra, aunque tiene un notorio avance, está lejos de estar terminada: no tiene acceso, cableado de luz y varias partes están en obra, como el enrejado perimetral. En la jerga beisbolera está lejos de la base, en la línea de foul.
Igualmente, anunció la construcción de 50 domos deportivos para comunidades indígenas, pero el conteo hecho en esta redacción, de acuerdo a los boletines de la Unidad del Vocero, no alcanza dicha cifra.
Aun así, Borge Angulo sostuvo que Quintana Roo recibió el premio como el Estado que más ha crecido en el deporte y en el medallero, que le fue otorgado por la Conade, en Monterrey, Nuevo León, “me dio una enorme satisfacción porque cuando uno le apuesta al deporte con ustedes jóvenes y se ven esos resultados, pues ahí es cuando viene a la mente que podemos crecer aún mucho más, porque Quintana Roo pues aún con limitaciones económicas y con muchos esfuerzos y sacrificios les hemos apoyado, ahí están los resultados”, lanzó.
También hizo saber (el 28 de febrero) el mandatario del “elevador personal”, que logró otorgar seguro a cada uno de los atletas quintanarroenses que incursionan en las justas regionales, sumando a más de 1200 beneficiados, aunado a alrededor de 600 atletas que participan en pre-nacionales o nacionales clasificatorios en todo lo largo y ancho del país. “Estos seguros surten efecto desde el momento en que arriban su autobús con sede a las competencias y hasta el momento en el que descienden del mismo en sus lugares de origen después de las justas deportivas”, expresó. “Asimismo, la rehabilitación de la Unidad Deportiva Serapio Flota Mass, de Bacalar, que permitirá a los deportistas disfrutar de la pista de atletismo de tartán y una cancha de fútbol de pasto sintético, que permitirán ampliar sus actividades en este municipio”.
Como logro importante en el deporte (hacia finales de 2012 durante un mensaje en la entrega de los estímulos económicos a deportistas ganadores de las Olimpiadas y Paralimpiadas 2012) Borge Angulo destacó el haber logrado el año pasado el séptimo lugar en la Olimpiada Nacional, “hemos ido avanzando año con año, Quintana Roo, está entre los primeros 10 del medallero olímpico nacional, y este es un reto de todos ustedes deportistas y entrenadores para que sigamos participando con calidad y disciplina”.
Seguramente, el año entrante el gobernador irá nuevamente a la primera bola de la temporada 2014. Volverá a pisar el diamante con la ilusión de recordar las jugadas que soñó de niño. Eso sí, el promotor del deporte tomará el elevador para llegar fresco y con más aire a lanzar la bola envenenada. Un aliciente que costó –el promedio- alrededor de un millón de pesos. (Fuente: Luciano Nuñez/Luces del Siglo)