El pánico de volver a perder una nueva elección ante la alianza PAN-PRD en Cancún y el control del Congreso estatal, ahora bajo la penetrante mirada del gobierno federal, llevaría a la administración estatal a poner en marcha un plan que, de acuerdo con las fuentes, pondría en riesgo la paz social de Quintana Roo en la jornada electoral de julio próximo.
Se trata, según los enterados, de la llegada de un buen número de Dorados que para mantenerse activos y con dinero para subsistir de aquí al siete de julio, habrían comenzado a cometer toda clase de delitos bajo el amparo de la Policía estatal, al mando del general Bibiano Villa, y la indolencia del titular de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de Benito Juárez, Jesús Aiza Kaluf.
Sin embargo, el principal objetivo de la camarilla de malandrines sería “reventar” con lujo de violencia la elección a través de desmanes y el robo de urnas, en caso de que los resultados preliminares no favorezcan a los candidatos priistas, especialmente los de este centro vacacional, la codiciada joya de la corona del país.
La utilización de la fuerza pública para inhibir votantes no es nada nuevo en Quintana Roo, de hecho se dio en las elecciones pasadas en la zona continental de Isla Mujeres, pero traer a un grupo de delincuentes norteños con la finalidad de ganar a cualquier precio los comicios, es un asunto muy delicado para la entidad que en el extranjero es vista con un problema de seguridad.
El diseño y operación de este plan que conllevaría un serio peligro para la integridad de los quintanarroenses y sus pertenencias, así como la paz social, que representa un importante valor agregado de las extraordinarias bellezas de la entidad, es el resultado de la enorme desconfianza que se tiene de los aspirantes priistas, que no convencen.
Especialmente Paul Carrillo de Cáceres, que este lunes renunció a la dirigencia del PRI de Benito Juárez, para participar en el proceso interno de su partido en busca de la precandidatura a la presidencia municipal.
Carrillo de Cáceres, quien tiene meses de estar presente todos los días en los “periódicos comprometidos contigo” y en entrevistas con la radio estatal y Turquesa, fue diputado local por casi ocho meses, en donde presentó la iniciativa para reformar la ley estatal de turismo.
Por cierto, el novel político también tiene en su contra un fenómeno parecido al que enfrentó la aspirante priista a la presidencia de Benito Juárez, Laura Fernández Piña, que sus propios compañeros de partido denominaron Tucola (Todos Unidos Contra Laura), que al final tuvo éxito.
En el caso de Paul Carrillo, las propias lideresas de colonos conformaron un singular frente en su contra, por referir que “no sirven para nada, y además no se bañan”.
Del otro lado, la alianza PAN-PRD registró en los tres primeros lugares de la lista a diputados plurinominales, al ex líder estatal del PAN, Sergio Bolio Rosado, al perredista Jorge Aguilar Osorio y a la ex presidenta municipal de Lázaro Cárdenas, la panista Trinidad García.