Gracias a esta grave situación, desde la cárcel continúan planeándose acciones delictivas por parte de líderes de células del crimen organizado que se encuentran internos.
Hace algunos años, la entonces cárcel municipal de Cancún se convirtió en territorio controlado por internos pertenecientes al grupo de “Los Zetas”.
Manejaban el llamado “autogobierno”, la venta de drogas, de alcohol y hasta las prostitutas que ingresaban a dar sus servicios en el penal.
Pero además de controlar el interior de la cárcel, el grupo delictivo planeaba desde ahí, “levantones”, extorsiones, secuestros y hasta ejecuciones.
Contando con la protección del entonces director Marco Antonio Mejía López, un grupo de sicarios salió de la cárcel para participar en la ejecución del General Mauro Enrique Tello Quiñónez.
A cuatro años de esos hechos, las cosas en el ahora Centro de Reinserción Social parecen no haber cambiado mucho.
Y es que de acuerdo con información obtenida, actualmente el director del Cereso, Salvador Reyes Muñiz, está permitiendo la salida de varios de los internos a altas horas de la noche, sin precisarse de qué área y a qué grupo delictivo pertenecen.
La misma fuente asegura que Reyes Muñiz obliga incluso a los mismos custodios a llevar y traer a los presos a donde éstos vayan, argumentando infinidad de cosas.
Esto ha generado además de un ambiente de tensión, miedo y temor por su seguridad por parte de los custodios, pues quien no acata una orden del director es sancionado o arrestado.
Incluso, algunos custodios han llegado a manifestar que temen por su vida, pues aseguran que han sido amenazados de muerte y ni qué decir de las amenazas de quedarse sin empleo si no acatan una orden del mando.
Por un día de falta, los custodios son arrestados hasta por 10 días, cubriendo horarios laborales normales por más de 20 días consecutivos.
Esta situación ha permitido que a pesar de las declaraciones del titular de Seguridad Pública Estatal Carlos Bibiano Villa Castillo, el Cereso de Cancún siga en manos de un grupo de reos que mantienen el control y que además gozan de una gran cantidad de privilegios.
Sólo unos cuantos pueden gozar de mujeres cuando quieren, de alcohol, de drogas y demás comodidades dentro del penal, el cual es usado por estos reos prácticamente como un hotel al poder salir a altas horas de la noche sin ningún problema. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
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