El PRI decidió dar un vuelco para lo que eufemísticamente se llama estructura y que no es más que el aparato de compra de voto.

Las llamadas líderes fueron echadas a un lado de esta movilización y su lugar será ocupado por funcionarios del Gobierno del estado.

Cada funcionario, de acuerdo a su rango, está obligado a llevar a un número determinado de ciudadanos a votar por el PRI

El promedio es de 100 por cada funcionario.

Y el que no cumpla, a partir del 7 de julio pasaría a engrosar las filas del desempleo.

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