Pero,  la violencia electoral, no se combate con pronunciamientos, ni muchos menos con cortinas de humo.

Es un asunto delincuencial y debe de resolverlo la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Sin embargo, la PGJE sigue politizada, con todo y que se esperaban que las cosas cambiaran con Gaspar  Armando García Torres.

No sólo esta politizada, sino también es ineficiente, como se demostró con la detención ilegal del estudiante Christian Vicente Córdova, “el joven del suéter rojo”.

Pero, no solo está politizada y es ineficiente, sino que además hay corrupción, como se demuestra con los dos agentes de la Policía  Judicial del estado (PJE) acusados del robo del tres millones de pesos en departamento de la zona hotelera, y además tuvieron chance de darse a la fuga.

Y en el tema de carros incendiados de militantes  perredistas, la PGJE ha hecho nada, o casi nada.

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