“Esta fue una elección de Estado a todas luces ilegal, inmoral, inaceptable y violenta. Por ello no podemos mantenernos al margen, ni pasivos ni callados. Fue una elección que no contó con un árbitro neutral ni se garantizaron las condiciones mínimas para llevar a cabo este ejercicio democrático”, dijo Graciela Saldaña, en conferencia de prensa desde Cancún, en conjunto con los candidatos del PAN y PRD, además de sus dirigentes estatales Eduardo Martínez y Julio César Lara.
Explicó que el posicionamiento que tendrá Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática no es un berrinche, sino es la defensa del Estado de Derecho y de la legalidad, “porque quedarnos callados nos convertiría en cómplices de este delito”.
PAN y PRD denunciaron cuatro principales puntos que afectaron a este proceso electoral: la falta de un árbitro neutral, la intervención del gobernador del Estado para favorecer a los candidatos de su partido, así como la parcialidad de la Fepade y de los medios de comunicación.
“Desde siempre nos ha quedado claro que Quintana Roo no tiene un árbitro imparcial. La resistencia a la redistritación, la negatividad a la formación de una alianza entre los partidos de oposición, y la pasividad ante la intromisión del Gobernador en el proceso electoral, vaticinaban una elección de Estado”, comentó Saldaña Fraire.
“En tanto que el gobernador, desviando recursos públicos para beneficiar a sus candidatos, con sus programas sociales como “Reciclando Basura por Alimentos”, la utilización de edificios públicos para usarlos como casas de campaña, la compra de credenciales, entre otras irregularidades. Y todo con la complicidad de la Fepade, quien hizo caso omiso a estos delitos incluyendo otros muy graves como el del turismo electoral donde miles de yucatecos fueron acarreados a Quintana Roo para votar a favor del PRI”, denunció la perredista.
Panistas y perredistas también se manifestaron en contra de la estrategia “de la intimidación y del miedo” que instauró el Gobierno Estatal, con hechos documentados como personas armadas en las casillas, principalmente en Benito Juárez, donde se descubrieron incluso grupos de choque integrados por policías judiciales y estatales.
“Por ello no nos sorprende el alto nivel de abstencionismo que se registró en la elección del pasado 7 de julio. El Gobierno del Estado le apostó a intimidar a los ciudadanos para que no salgan a votar, y así pueda vencer con sus tramposerías”, concluyó. (Con información del PAN)