Hoy se cumple un mes de la “victoria” de Roberto Borge, en las elecciones intermedias de Quintana Roo.
Los alcaldes que “ganaron” ya se disponen a “gobernar” y los que perdieron, si son priistas, esperan tener cabida en gabinete de Borge.
Los que son de oposición, rezan todos los días para que la ira del Gobernador no caiga sobre ellos.
En el PRI aún festejan el triunfo y se sienten tocados por Maradona y la mayoría, cree que ya nadie los merece.
Sin embargo, al pasar de las semanas, se confirma que la victoria de Borge fue muy costosa y con consecuencias muy graves para la entidad.
“El secreto” de la triunfo priista radica que en el Gobierno del estado compró, literalmente la elección.
Todo y casi todos tuvieron un precio, y Roberto Borge lo pagó sin escatimar principalmente dinero, que no salió de su bolsa, claro.
Tras las elecciones, trabajadores al servicio del Gobierno del estado siguen enfrentado retrasos en los pagos de sus salarios y compensaciones.
Lo mismo pasa con los estudiantes que se hicieron acreedores a una beca, la cual desde hace mucho no les llega.
Sintomático es también que las “Brigadas del Bienestar” están a medio gas o semiparalizadas.
Y por supuesto, también sufren los ayuntamientos, pues sus participaciones han sido recortadas al máximo.
El Gobierno de Borge no tiene dinero pues todo quedó comprometido en el carro completo del PRI, de hace un mes.
Fue en efecto una “victoria pírrica”, pues si bien Borge ganó, fue a costa de quebrar al estado.
Pero aún viene lo peor. Alguien tiene que pagar. Y de manera directa o indirecta los ciudadanos pagarán la victoria de Borge.
De manera directa, con el pago de la verificación o de la contratación de más deuda.
Y de manera indirecta, con los cambios de usos de suelo y venta de terrenos municipales, que regresarán a Cancún.