CHETUMAL, MX.- Autoridades ministeriales informaron que la Policía Judicial del Estado (PJE) detuvo a dos sujetos presuntamente de la banda criminal denominada “Los Pelones”, los cuales después de su detención confesaron sus crímenes y secuestros cometidos en las últimas fechas en la Zona Sur de Quintana Roo, aunque no descartaron la posibilidad de que existan agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) involucrados con estos hechos criminales.
Por otro lado, confirmaron que los sicarios fueron detenidos, luego de que el pasado viernes fuera implementado un operativo, tras la ejecución de Ramón Castillo Encalada, de 67 años de edad, en la comunidad de Calderitas, quien se dedicaba a la venta de drogas.
Explicaron que los detenidos en sus declaraciones confesaron que por órdenes de del jefe de la “plaza” en Chetumal, de nombre Javier, ultimaron a balazos a Castillo Encalada, ya que el hoy occiso se dedicaba a la venta de enervantes al menudeo y no se había querido “alinear”, con ellos.
Luego de que, quienes hoy se sabe responden a los nombres de Humberto Arellano Flores, jefe sicario de “Los Pelones”, y Eliseo Ramírez López, tras haber sido detenidos, de igual manera confesaron el estar involucrados en la ejecución de Luis Alberto Tun Avila, alias “El Cachetes”, la cual se registró el pasado sábado 13 de julio, en la avenida Nicolás Bravo.
Asimismo declararon que este crimen también lo cometieron por órdenes de Javier, pues desde hace seis meses arribaron a Chetumal, con el fin de asentar sus bases, pero “El Cachetes”, representaba una fuerte competencia para lo que ellos harían, debido a que se dedicaba a la venta de fuertes cantidades de droga.
Las autoridades aseguraron que los peligrosos delincuentes detenidos, de igual manera narraron a detalle el nefasto y sangriento crimen cometido contra una mujer y su hijo de 14 años de edad, los cuales fueron secuestrados de su domicilio ubicado en la comunidad de Limones en donde los delincuentes utilizaron uniformes de Seguridad Pública, para llevar acabo dicho crimen.
Indicaron que ese día de los hechos, los sicarios llegaron vestidos de policías al hogar en busca de Carlos Ramos Negrón, sin embargo, debido a que no se encontraba en el lugar, optaron por secuestrar tanto a Victoria Cano Rodríguez y a su hijo José Carlos Ramos Cano, de 14 años de edad, para presionar al primer sujeto en mención con el pago de 500 mil pesos, más aparte que le exigían una parte del dinero que recibió por la venta de 20 kilos de cocaína que encontró recalada en las costas de Mahahual.
Los criminales se llevaron a los plagiados a un rancho denominado “Paraíso”, ubicado en la comunidad de Xul-Ha, lugar desde donde en varias ocasiones realizaron llamadas telefónicas a Ramos Negrón, donde se le exigía el pago del rescate, sin embargo, debido a que siempre recibieron la misma respuesta por parte del amenazado de que no les daría ni un centavo, los sicarios realizaron una última llamada en la que se le informaba que estaban a punto de asesinar tanto a su mujer como a su hijo, pero al recibir la misma respuesta, Humberto Arellano Flores, tomó por la espalda a la mujer poniéndole una bolsa en la cabeza para seguidamente degollarla, misma acción que realizó Eliseo Ramírez López, con el menor de 14 años, para seguidamente tirar los cuerpos y cubrirlos con cal para disimilar el olor cuando estos estén en proceso de descomposición.
Las autoridades abundaron que luego de localizar los cadáveres, al realizar las investigaciones en el rancho “El Paraíso”, fueron encontrados dos mil 660 cartuchos calibre 2.23, 900 cartuchos nueve milímetros, 500 cartuchos súper 3.80, 12 chalecos antibalas, tres uniformes de la SSP, ocho pantalones tácticos, dos automóviles; uno tipo Honda Civic y una camioneta marca Ford, tipo 150.
Sin embargo, aseguraron que las investigaciones continúan, y no descartan la posibilidad de dar con el paradero de más personas involucradas en estos lamentables hechos, así como la posibilidad de que policías pudieran estar involucrados con el crimen organizado y que estén dotando de uniformes policiacos y cartuchos a los delincuentes.
Cabe mencionar, que los detenidos aseguraron que recibían órdenes del jefe de la plaza “Javier y Raúl”, el cual les proporcionaba las armas de fuego y vehículos para que llevaran a cabo las ejecuciones, quienes son originarios de Guerrero y que al parecer abandonaron el Estado tras los crímenes cometidos. (Fuente: Diario de Quintana Roo)