La historia se recicla.
Cuando está acabando el trienio y al perro más flaco se le están pegando más las pulgas, reaparece el abogado “alorcista”, Javier Sotelo, como defensor, ya no de una, sino de dos mujeres indígenas chiapanecas “humilladas” en la zona hotelera por inspectores del Ayuntamiento de Benito Juárez.
Y que rarito que sea Javier Sotelo, vinculado con el PRI, quien ahora se asuma como defensor de estas dos chipanecas, en un caso en el que el Ayuntamiento no tiene le menor posibilidad de defensa.
Por supuesto, que ante un video de redes sociales no hay mejor oportunidad que esta para darle un “banderillazo” más al ayuntamiento “ricaldista”, que en sus últimos días ya no ve lo duro, sino lo tupido.
Este asunto de las chiapanecas es parte de la “despedida” a este ayuntamiento, que todo parece indicar, más por errores propios que por virtudes del “adversario”, saldrá por la puerta de atrás.