CHETUMAL, MX.- Se descarta la línea de investigación que apuntaba a un posible robo como motivo del homicidio de Octavio Góngora Jiménez, su pareja sentimental, Arena del Rocío Palacios y el hijo no nato de ambos, aseguró el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Gaspar Armando García Torres.

Las sospechas que se han fortalecido, aún más, con la evolución de las indagatorias, apuntan a que la causa de este triple asesinato fue por cuestiones personales, rencor, un pleito legal y codicia. El entrevistado dijo que el grupo especial que investiga este caso actúa en completo apego a la legalidad e imparcialidad y por lo tanto ha desarrollado varias líneas de investigación, entre las que existía la de un posible robo como motivo de este lamentable crimen.

Sin embargo, durante el proceso se ha descartado esta línea de investigación, puesto que las víctimas contaban con dinero y podrían haber sido obligados a realizar retiros bancarios, pero sus captores ignoraron estos intereses.

Como se recordará el pasado miércoles 18 del mes de septiembre, fue hallardo el cuerpo de un ingeniero de nombre Octavio Góngora Jiménez y su pareja sentimental, con cinco meses de gestación, con varios disparos, en una terracería que se extiende a través de un asentamiento irregular denominado “El Edén”, en la ciudad de Chetumal.

De acuerdo con los datos proporcionados por autoridades de la PGJE, al filo de las nueve de la mañana Ulises García Sánchez, de 45 años de edad, caminaba rumbo a una zona enmontada, ubicada al final de la avenida Chetumal.

Al llegar a un tramo inundado y de difícil acceso, este sujeto notó que había estacionada una camioneta de lujo marca Ford, tipo F-150, color blanco, con placas TB-518-99, pero al aproximarse vio dos cuerpos, un hombre de complexión robusta y una mujer, ambos bocarriba y sin signos vitales.
Asustado, corrió en dirección al Fraccionamiento Caribe de Chetumal e hizo señas a un grupo de policías municipales que circulaban por el lugar, a quienes explicó lo ocurrido y los condujo hasta el lugar del crimen.

La zona fue acordonada por lo oficiales, quienes dieron una alerta general a través del número de emergencias 066, lo que provocó que Policías Estatales, Federales, elementos del Ejército de Mexicano, así como un grupo de agentes judiciales, acompañados por peritos y una agente del Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) acudieran al sitio.

En cuestión de minutos las víctimas fueron identificadas como Octavio Augusto Góngora Jiménez, de 33 años de edad, empleado de la empresa de construcción denominada OMER, situada en la avenida Isla Cancún, a la altura de la calle Córcega, y Arena del Rocío Palacios Valdez, de 31 años, quien contaba con cinco meses y medio de gestación, de un bebé varón.

Ambas víctimas fueron ejecutadas con armas de fuego, el arquitecto recibió seis disparos, cinco de los cuales fueron con entrada y salida, tres en la cabeza, con entra y salida por la parte posterior del cráneo, una en el maxilar inferior derecho y dos en la espalda.

La mujer recibió dos tiros, el primero con entrada en el extremo interno de la ceja derecha a corta distancia y el segundo en la sien derecha a quemarropa; con salidas en la región temporo-occipital izquierda y detrás de la oreja izquierda, respectivamente.

En la escena del crimen fueron hallados varios cartuchos percutidos pero de dos calibres, dos eran 45 y los demás eran nueve milímetros, por lo que se cree que al menos dos personas participaron en el asesinato.

Desde el inicio de la investigación de este sangriento caso, las autoridades judiciales sospecharon de Walter Villanueva Ramírez, quien es secretario del Juzgado Sexto de Distrito y, quien tenía un juicio de pensión alimenticia y de patria potestad contra su ex esposa Arena del Rocío Palacios, proceso en el que hizo uso de sus influencias para favorecerse e incluso de acusado hasta de sembrar droga a la madre de su hijo, con tal de obtener ventaja en el litigio. (Fuente: Diario de Quintana Roo)

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