Y si se trata de ahorrar recursos y aplicar a fondo la famosa Reingeniería Administrativa, pues implicaría una enorme ayuda a este plan de austeridad, la desaparición de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Y es que, Enrique Mora, presidente de la CEDH, nomás está de adorno.

Otra vez se hizo ojo de hormiga, cuando se trata de abusos ordenados por el Gobernador Roberto Borge. No dijo ni pío sobre la represión contra los maestros.

Esta Comisión no tiene sentido y Enrique Mora ha contribuido, de manera muy “enjundiosa”, a que la CEDH deba de desaparecer del organigrama gubernamental.

Pero, si tanto quieren a Mora, le pueden dar una chamba en CAPA, para que esté a cargo de las tapaderas.

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