CHETUMAL, MX.- Este domingo 27 de octubre finalizó el horario de verano, aunque para la mayoría de los ciudadanos pasará desapercibido por ser día inhábil, pero sobre todo, porque los más 290 mil alumnos de nivel básico de educación se encuentran en receso obligatorio por las manifestaciones que realizan los trabajadores de la Sección XXV del SNTE.

Como se sabe, este domingo 27 de octubre, a las 02:00 horas, concluyó el Horario de Verano 2013, por lo que la población debió retrasar su reloj antes de irse a dormir, para que este domingo se reanuden sus actividades con el nuevo horario.

De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), la aplicación del horario de verano deja un ahorro de mil 635 millones de pesos y evitará la emisión a la atmósfera de 560 mil toneladas de bióxido de carbono, principal causante del efecto invernadero.

Con datos preliminares del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), elaboradas con información de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la valoración del Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE), la contribución del cambio de horario de verano este año se estima en 1244 gigawatts-hora (GWh); está cifra es equivalente al consumo de 704 mil casas habitación durante un año, considerando 289 kilowatts-hora bimestrales de consumo promedio por hogar.

El horario de verano en México, el cual consiste en adelantar una hora los relojes durante la parte del año en la que se registra una mayor insolación en el hemisferio Norte del planeta, se aplicó a escala nacional por vez primera el 7 de abril de 1996.
Con diversos estudios y consideraciones del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, el cuerpo humano tarda hasta 72 horas en adaptarse a los cambios de horario, y hasta una semana en casos de sensibilidad extrema.

Especialistas en la materia señalan que los cambios de horario, ya sea de verano o de invierno, generan más afecciones en el ánimo que en el cuerpo, sostienen que si bien pudieran presentarse alteraciones fisiológicas a causa de la modificación del horario, este proceso de adaptación varía de acuerdo al individuo y puede durar alrededor de dos a cinco días en promedio.
Entre los grupos más afectados se encuentran los niños y los mayores de edad, quienes presentan un mayor número de alteraciones en el sueño.

Científicamente se deduce que en el caso de los lactantes, éstos pueden presentar variaciones en su alimentación y los niños mayores pueden tener dificultades para dormir e incluso despertarse; mientras que los mayores de 50 son los que más pueden tardar en adaptarse a este cambio. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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