CANCÚN, MX.- Cuando Paul Carrillo de Cáceres tomó protesta como presidente municipal de Benito Juárez, el pasado 30 de septiembre, dejó en claro que una de sus principales pretensiones es ser como el gobernador de Quintana Roo.
“He tomado la decisión de seguir el ejemplo del gobernador Roberto Borge Angulo”, dijo en sencilla ceremonia de toma de protesta, acorde con las medidas de austeridad anunciadas previamente por Borge con su plan de “reingeniería administrativa”.
A un mes de encabezar el municipio turístico más importante del país, Paul Carrillo ha puesto la administración municipal bajo el mando del gobernador Borge quien, abierta y públicamente, les ha recordado tanto a diputados federales y estatales, como a presidentes municipales, que a él le deben el cargo y que en Quintana Roo él es quien manda.
Durante su primer trienio, Borge ha establecido que su estilo de gobernar es el del sometimiento con todo el peso del poder contra quienes no ceden a sus pretensiones y caprichos.
Los que más han padecido el totalitarismo del gobernador, son los propios ex alcaldes priístas: Edith Mendoza Pino, de Tulum, fue enviada a la cárcel con un proceso penal amañado; Aurelio Joaquín González, de Cozumel, y Mario Villanueva Tenorio, de Chetumal, enfrentaron campañas mediáticas de desprestigio y hoy se les responsabiliza de quebranto municipal.
El conflicto con estos ex alcaldes se generó porque Borge les impuso tesoreros en las cinco alcaldías priístas para controlar directamente el manejo del dinero y de los negocios del poder. El pecado de algunos fue no ceder a la primera intención, además de pertenecer a otra corriente política interna contraria al borgismo.
La comidilla entre la clase política priísta es que Borge no sólo le impuso el tesorero a Paul Carrillo sino todo el gabinete y aceptó calladamente. Todavía una semana antes de tomar protesta, el nuevo presidente municipal no había delineado a su gabinete pues estaba en espera de que su lista fuera “palomeada” por el gobernador.
Tal y como se la aplicó su antecesor y maestro, Félix González Canto, el gobernador Borge prácticamente le entregó una lista completa de nombres para la integración del gabinete, al gusto y al modo del mandatario estatal.
Inclusive, el Cabildo tuvo que hacer malabares legales para que el síndico electo, José De la Peña, de todas las confianzas del gobernador, se convirtiera formalmente en secretario del Ayuntamiento y, en los hechos, en “el que mueve los hilos” del palacio municipal.
El nuevo edil apenas pudo incrustar a un pequeño grupo de “paulistas” en su gabinete, entre los que destaca Víctor Olvera Cen, al que Carrillo de Cáceres pretendió otorgarle el cargo de Oficial Mayor, pero acabó como su secretario particular, pues Borge lo vetó y optó por Gabriela Rodríguez, para asumir el manejo y administración de los recursos humanos y materiales de la Comuna.
Entre sus primeras acciones de gobierno, Carrillo de Cáceres “fusionó” la Dirección de Servicios Públicos a las Brigadas del Bienestar, que creó Borge en la etapa preelectoral. De esta forma, en todo el municipio aparecieron lonas de las nuevas “Brigadas con resultados”, en las que indistintamente ex trabajadores de las “Brigadas del Bienestar” y de Servicios Públicos Municipales, llevan a cabo trabajos de conservación y mantenimiento de equipamiento urbano.
Bajo el esquema de “brigadistas”, Paul Carrillo terminó plagiando el programa “Todo Solidaridad limpio”, aplicado el trienio pasado por el ex alcalde de esta demarcación y hoy diputado local del PRI, Filiberto Martínez Méndez, quien todos los sábados salía con cuadrillas de funcionarios a dar mantenimiento a las colonias de Playa del Carmen.
Y el pasado sábado 12 de octubre, Carrillo de Cáceres dio inició a su propio programa de limpieza sabatina en colonias de Cancún.
El boletín oficial destacó: “El presidente municipal Paul Carrillos de Cáceres junto con aproximadamente 400 funcionarios de su gobierno, inclusive los de primer nivel, salieron a las calles a realizar labores de limpieza y pintura en camellones, guarniciones y áreas verdes en general, durante la puesta en marcha del programa Brigadas con Resultados que se realizará todos los sábados a partir de hoy, dando inicio en el primer cuadro de la ciudad, para fortalecer la buena imagen turística, luego a todas las regiones del municipio”.
Sin embargo, el miércoles 23, Paul Carrillo dio otro paso más en contra de la autonomía municipal y del sistema de equilibrio de poderes, al entregar en condiciones “poco claras” la Policía Preventiva Municipal, al gobierno del estado y, en particular, la Secretaría Estatal de Seguridad Pública (SESP), cuyo actual titular Carlos Bibiano Villa Castillo, enfrenta acusaciones de violación a derechos humanos.
La mayoría del nuevo Cabildo, conformada por regidores de PRI, PVEM y Panal, y sus aliados de facto del PT y Movimiento Ciudadano, aprobó la integración de la “Policía Unificada de Quintana Roo”, así como la firma del “Convenio de Coordinación y Colaboración con el Gobierno del Estado en Materia de Operativos a través de un Mando Único”.
Las regidoras perredistas Latifa Muza Simón y Nadia Santillán Carcaño, advirtieron que en este documento hay imprecisiones y ambigüedades que posibilitarían la intromisión por parte del gobierno del estado en asuntos de competencia municipal.
Y es que en el documento se establece que la Policía Pública Municipal “…acatará las órdenes que el gobernador del estado le transmita en aquellos casos que éste juzgue como de fuerza mayor o alteración grave del orden público”.
El convenio será firmado próximamente por el gobernador Borge Angulo; el secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría y el secretario de Seguridad Pública estatal, Bibiano Villa Castillo, en representación del gobierno del estado y, por parte del Ayuntamiento, por el alcalde Carrillo de Cáceres, el secretario general, José De la Peña y Arturo Olivares Mendiola, en su calidad de encargado del despacho de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública.
También sin chistar, Paul Carrillo obedeció la orden de reprimir a maestros que habían acudido al palacio municipal de Benito Juárez a una audiencia con el entonces asesor de la secretaría del Ayuntamiento, José de la Peña.
Si bien quedó claro que la orden de reprimirlos vino del propio gobernador, el alcalde se adelantó en la prensa local responsabilizándose de haber enviado él las fuerzas policiacas a desalojar las instalaciones del Ayuntamiento.
Y mientras sigue el proceso de entregar el gobierno municipal a Borge, Paul Carrillo hace todo lo posible para hacer notar su administración. Como arranque, el uno de octubre, puso en marcha la Campaña de Bacheo con una inversión de alrededor de 2 millones de pesos.
Los recursos para estas obras, difundió Carrillo de Cáceres, provinieron de lo que se ahorró con el protocolo austero del evento de toma de posesión.
También ha quedado demostrado que las primeras acciones de gobierno no han sido efectivas, y que no es suficiente con la publicación de fotos en los periódicos.
El 2 de octubre, Carrillo de Cáceres, “recorrió las principales calles de esta ciudad y constató el desazolve de pozos de absorción en puntos como la avenida Chichén Itzá con Uxmal, para garantizar la movilidad de los ciudadanos y el rápido desagüe en caso de fuertes precipitaciones pluviales”, según se dio a conocer en un boletín oficial.
Sin embargo, los trabajos fueron deficientes, pues la ciudad sufrió graves inundaciones con las lluvias que cayeron el pasado 24 de octubre, por los efectos del frente frío número 7.
En este breve lapso del mandato, ha quedado claro que Paul Carrillo añora su época de presidente del comité municipal del PRI, cuando era usado como ariete del gobernador Borge contra el ayuntamiento de la coalición PRD-PAN.
El siete de octubre, el entonces secretario general del Ayuntamiento de Benito Juárez, Jorge Rodríguez Méndez, anunció que la Comuna emprenderá acciones legales a fin de que se investigue a fondo el hallazgo de 16 mil lámparas presuntamente adquiridas por la administración municipal pasada y que no fueron reportadas como parte del patrimonio municipal.
“Se ha girado la instrucción por parte del presidente municipal, Paul Carrillo de Cáceres, que se realice una investigación a fondo a través de la Contraloría Municipal, y se presenten de manera inmediata las denuncias penales correspondientes contra quien resulte responsable, siendo la Procuraduría General de Justicia del Estado la encargada de las investigaciones correspondientes”, dijo el funcionario.
Este anuncio estuvo acompañado de una campaña mediática, pero, como ocurrió en prácticamente todas las acusaciones que Paul Carrillo solía formular cuando era presidente del PRI municipal, todo se redujo a una estridente acusación.
El propio Paul Carrillo ha reconocido que su trabajo se ha reducido a tapar baches y recolectar basura y no ha presentado todavía ningún plan para atender problemas estructurales de la ciudad, como el desordenado crecimiento urbano, la creciente inseguridad y la devaluación de la Zona Hotelera.
El 21 de octubre de 2013, al cumplir su tercera semana como alcalde de Cancún, Carrillo de Cáceres informó: “… como lo anunciamos a los cancunenses y benitojuarenses el primer día de mi administración estamos cumpliendo en la atención de las necesidades más urgentes, y a 21 días del inicio de gobierno se han realizado 18 mil metros cuadrados de bacheo y repavimentación, así como se ha regularizado el servicio de recolección de basura que era otro de los problemas que enfrentaba la población”
Y destacó:
“Con estos trabajos concretos se cumple a los cancunenses y benitojuarenses en la atención de sus necesidades más urgentes en materia de obras y servicios, porque este es un gobierno de resultados inmediatos y eficaces”.
A pesar de la expectativa que generó en campaña, Paul Carrillo no ha establecido con claridad cuál será su proyecto de gobierno y su actuación se ha reducido a asistir a “eventos” en la Zona Hotelera, aparecerse en algunos trabajos de emergencia y seguir en campaña política acusando y descalificando a la anterior administración perredista.
Lo más destacado del primer mes de gobierno de Paul Carrillo al frente de la Comuna cancunense, es que “de facto” y de manera legal, ha cedido la autonomía municipal de Benito Juárez al gobierno del estado. (Fuente: Luces del Siglo)