CANCÚN, MX.- Fernando García Zalvidea, el empresario cabeza del grupo Hotelero Real Resorts, de la agencia de viajes Best Day y de causas altruistas como “La Ciudad de la Alegría” en Cancún, falleció la mañana de este martes a los 55 años en un hospital de la Ciudad de México donde estaba hospitalizado desde el pasado 29 de octubre cuando sufrió una embolia.

La noticia se dio a conocer inicialmente a través de las redes sociales y fue confirmada por su hermano, Juan Ignacio García Zalvidea, ex Alcalde de Benito Juárez.

“Es una muerte lamentable, está muy consternada toda la familia”, declaró. “Fernando era una persona muy buena, le dio muchas cosas a Quintana Roo y a mucha gente le dio trabajo por su visión empresarial”.

Nacido en la Ciudad de México en 1958, estudió ingeniería química en alimentos en la Universidad Autónoma Metropolitana, pero fue el turismo lo que lo convirtió en un poderoso empresario que, desde Cancún, cimentó uno de los emporios hoteleros más fuertes de México con una docena de hoteles y la agencia de viajes en internet más exitosa del país, Best Day.

Fernando García Zalvidea, considerado uno de los cinco empresarios más importantes de Quintana Roo, no obstante, también enfrentó momentos de polémica cuando a fines de la década de los noventas, enfrentó problemas legales con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en la adquisición del hotel Hilton, que estaba en obra negra y sobre sus escombros construyó el hotel Gran Caribe Real.

Después fue involucrado y detenido en el famoso “Maxi-proceso Cancún”, mediante el cual se trató de ajustarle cuentas a muchos de los presuntos involucrados en supuestas actividades de narcotráfico y “lavado” de dinero que fueron vinculados con el ex Gobernador Mario Villanueva Madrid.

En ese proceso, la PGR lo acusó de usar dinero procedente del Cártel de Juárez para adquirir y operar los hoteles Gran Caribe Real, Costa Real y Laguna Real, de Cancún, y Porto Real, de Playa del Carmen.

Juan Ignacio García Zalvidea, su hermano, se convirtió en su principal defensor y armó una estrategia legal que le permitió salir de prisión, al no comprobarse las acusaciones de la PGR, al igual que pasó con la mayoría de las personas detenidas durante ese proceso penal.

Al salir de prisión, Fernando García Zalvidea se concentró en recuperar el control de sus hoteles y hacer crecer la cadena con la construcción de nuevos inmuebles, en los cuales también enfrentó algunas acusaciones por violentar permisos y normas ambientales, especialmente en el caso de sus hoteles en Playa del Carmen.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) inició en 2009 procesos por construir dos escolleras frente a sus hoteles Gran Caribe Real y The Royal, en Cancún.

A pesar de ello, Fernando consolidó un imperio hotelero que administraba sin sombra a la par que participaba en proyectos altruistas e iniciativas empresariales en defensa de sus intereses económicos.

En el 2002, Fernando, junto con el también hotelero José Chapur, protagonizaron una de las más sonadas pugnas empresariales en Quintana Roo, cuando iniciaron una campaña para evitar la construcción de un “home port” para cruceros turísticos en Xcaret, proyecto que era impulsado por Miguel Quintana Pali y los hermanos Constandse Madrazo, representantes de otro de los grupos más importantes de la iniciativa privada en el estado.

Fernando García Zalvidea alegaba que el “home port” sería muy perjudicial para la industria hotelera de todo el estado. Al final, el proyecto no se construyó.

En las últimas semanas estuvo envuelto en acusaciones de financiar a los Legionarios de Cristo, la construcción de iglesias y en parque públicos.

De hecho, tras salir de la cárcel, Fernando García Zalvidea apoyó a proyectos de la iglesia católica, como el Congreso Mariano y el albergue para enfermos terminales, ancianos y huérfanos de la Ciudad de la Alegría.

Fernando García Zalvidea era un católico ferviente cercano a los Legionarios de Cristo en Quintana Roo. (Noticaribe con información de Proceso)

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