COZUMEL, MX.- En un ambiente de luz, pero a la vez de nostalgia, centenares de amigos y conocidos de la familia Sentíes Nieto, Sentíes Joaquín y Joaquín González, acudieron a la ceremonia religiosa que se llevó a cabo en la parroquia de la Corpus Christi, en memoria del médico Fernando “Chey” Sentíes Nieto, de quien no se recuperó su cuerpo luego de que se desplomó el jet en el que viajaba.
Este martes, que se cumplió una semana del trágico accidente aéreo en el que cuatro pasajeros del jet que retornaba de Florida a Cozumel, se desplomó, centenares de conocidos del doctor “Chey”, se dieron cita desde las dos de la tarde en la parroquia ubicada en la colonia Gonzalo Guerrero, donde, formaron una larga fila para dar el pésame a los padres del médico, Martha Nieto Cater y José Ignacio Sentíes, así como a la esposa, Ana “Tichi” Joaquín González, quienes con total serenidad y fortaleza, evitaban derramar una que otra lágrima mientras sus conocidos le regocijaban con un fuerte abrazo, ingresando posteriormente al recinto católico, donde resaltaba una enorme imagen del médico colocada a un costado del altar.
Pasadas las 15:00 horas, al párroco Javier Castro, quien emitió la ceremonia religiosa, aclaró que la misa no iba a ser triste, toda vez que a petición de la mamá de “Chey”, (doña Martha Nieto), así como de “Tichi”, solicitaron que fuese breve, pero alegre, toda vez que así se caracterizaba el médico, aclarando que “la misa será dedicada a todos los presentes y no sólo a dos personas, porque el corazón de Chey, estará presente en todos los corazones de quienes le conocimos”, pronunció.
A sus 33 años, el joven médico destacó por haber logrado importantes lazos de amistad con miles de personas, quienes estuvieron presentes en la misa que se hizo en su memoria, notándose que tanto se pudo llevar con importantes políticos, así como con sus pacientes, pues acostumbraba a dar el mismo trato a todos los que llegaban a sus vidas, incluso, daba más atención a quien considerara, lo necesitaba.
Previa a la misa, familiares de “Tichi”, obsequiaron una pequeña tarjeta que contenía la cita; “A veces, Dios nos presta un Ángel para que recordemos que es lo que Él espera de nosotros”, frase que pidió el sacerdote que se leyera entre todos los presentes, para dar paso a la intervención de José Ignacio, hermano mayor del “Chey”, quien dio lectura a una carta escrita por la madre del médico.
En el mensaje, refirió que su madre plasmó la cita “cuando cierro los ojos, pienso que al abrirlo te encontraré nuevamente, pero me doy cuenta que no es así. Me arrancaron un trozo del alma, de las entrañas, inexplicable tu partida”. “Sin embargo, las almas buenas tienen privilegios, tal fue tu caso que te viste privilegiado, adiós hijo mío, mandaste luz para que nos irradie siempre, cada vez que mire al océano te veré, y si estoy en él, sentiré con sus olas un abrazo tuyo”, se escuchó, al tiempo en que se dejaron derramar algunas lágrimas de sus conocidos, concluyendo este con la petición de un fuerte aplauso en memoria del doctor, del que mencionaron sus conocidos, “Chey, fue un hombre que llegó a la tierra bendecido con el don de sanación y el cual salvó muchas vidas, por lo que vivirá en la memoria de todos sus seres queridos”. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)