CHETUMAL, MX.- Con el aterrizaje de una narcoavioneta procedente de Colombia en una pista clandestina enclavada en medio de la selva del ejido Nuevo Tabasco, municipio de Bacalar, en los límites con el Estado de Campeche, en donde los narcotraficantes al parecer descargaron por lo menos una tonelada de cocaína, los barones de la droga colombiana reactivaron sus operaciones en la zona sur del Estado de Quintana Roo, que habían cesado luego de que en junio de 2005 se estrelló una aeronave en una mala maniobra de aterrizaje forzoso.
En el lugar de los hechos, ubicado al poniente de las poblaciones de El Gallito y Melchor Ocampo y al noreste de Río Verde, los elementos del Ejército Mexicano hallaron más de 50 bidones que sirvieron para transportar turbosina al lugar para abastecer de combustible a la unidad área y así poder regresar a Colombia sin ningún problema, una operación que, al parecer, se realizó el pasado fin de semana.
Además, en una cabaña los militares decomisaron hamacas, casas de campaña, alimentos, lámparas fluorescentes, pilas, sillas y otros artículos.
Dichos objetos ya fueron puestos a disposición del agente del Ministerio Público de la Federación para las investigaciones correspondientes.
La autoridad ministerial federal, tras tener a la vista los objetos que utilizaron los narcotraficantes para ayudar a la narcoavioneta a aterrizar en la pista ubicada en el ejido del poblado Nuevo Tabasco, municipio de Bacalar, inició la averiguación previa correspondiente para los fines respectivos.
Se espera que en el transcurso de los próximos días, el agente del Ministerio Público de la Federación realice una inspección ocular en el lugar de los hechos como parte de la integración del expediente.
En 2005 había parado el aterrizaje de narcoavionetas
Y es que con ese aterrizaje de la narcoavioneta en dicho ejido, los narcotraficantes colombianos reactivaron sus operaciones en la zona sur del estado de Quintana Roo que habían abandonado desde el año 2005, cuando en el mes de junio, una avioneta de narcotraficantes tipo Turbo Commander matrícula N-572-L, que fue rastreada y perseguida por el Ejército Mexicano, se estrelló entre El Gallito y Otilio Montaño, entonces también pertenecientes al municipio de Othón P. Blanco, ahora en el municipio de Bacalar.
En esa ocasión, la aeronave fue detectada por un avión de la Fuerza Aérea y transportaba un cargamento de cocaína procedente de Colombia, pero el mal clima le obligó a intentar un aterrizaje forzoso y se estrelló, unos siete kilómetros al sur de El Gallito, con saldo de tres muertos.
De entre los restos de esa aeronave se sacaron mil 219 paquetes en forma de ladrillo, conteniendo cocaína, así como cuatro costales con la misma sustancia, cuya envoltura se rompió con el impacto, arrojando un peso bruto total de una tonelada 377 kilos 874 gramos del alcaloide.
Asimismo, se localizaron 421 mil pesos colombianos, 242 mil bolívares venezolanos y mil 419 dólares americanos, además de los cuerpos de tres personas que, según identificaciones encontradas, llevaban por nombre: Roberto Cedeño Guzmán, de 40 años de edad, de nacionalidad mexicana; Andrés Giraldo Monsalve, de 29 años; y Jorge Enrique Garcés Franco, de 54 años, ambos de nacionalidad colombiana.
Se aseguraron también documentos entre los que destacaron dos boletos de avión expedidos por la aerolínea Aerovías Nacionales de Colombia S.A. (Avianca), con fecha 18 de mayo de 2005, a nombre de Andrés Giraldo Monsalve y Jorge Enrique Garcés Franco, con ruta Medellín-Bogotá-Sao Paulo-Bogotá; uno más a nombre de Roberto Cedeño Guzmán, expedido por la aerolínea Copa Airlines, con fecha del 1 de marzo de 2005; dos cédulas de ciudadanía a nombre de Andrés Giraldo Monsalve y Garcés Franco Jorge Enrique, expedidos por el gobierno de la República de Colombia.
También se rescató una cédula de extranjería temporal a nombre de Roberto Cedeño Guzmán, expedida por el Departamento Administrativo de Seguridad de la República de Colombia; cuatro pasaportes, el primero a nombre de Cedeño Guzmán Gorge Alberto, expedido por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, el segundo a nombre de Cedeño Guzmán Jorge Alberto, expedido por la Embajada de México en la ciudad de Bogotá, Colombia; y dos más a nombre de Garcés Franco Jorge Enrique y Giraldo Monsalve Andrés, expedidos por el gobierno de Colombia, entre otros objetos.
Este fue el último caso más sonado de intento de aterrizaje de narcoavionetas en esta zona del sur del Estado, aunque en el año 2007 en el mes de agosto, lo intentaron nuevamente, ahora del lado de la zona cañera del municipio de Othón P. Blanco, pero la operación fue frustrada por el Ejército.
Entonces, fue en la pista de Kohunlich donde se realizó un intento de narcoaterrizaje, pero en esa ocasión el Ejército Mexicano detuvo a nueve narcotraficantes mismos que responden a los nombres de Ricardo Gallardo Elizalde, Jorge Arturo Alvarado Palacios, Jorge Salinas Garza, Noé Gerardo Alanís Escalante, Juan Ramírez Tijerina, Sergio Daniel Sánchez Gil, Daniel Sánchez Martínez, Guillermo Sánchez Martínez y Francisco Javier Salas Villegas.
En ese lugar también se aseguraron cuatro camionetas, entre ellas dos RAM, una Toyota y una Windstar; nueve armas largas de uso exclusivo del Ejército Mexicano; 365 cartuchos de diferentes calibres, tres cargadores, placas de los estados de Quintana Roo y Oklahoma, así como seis equipos de radiocomunicación.
Después de este intento de aterrizaje de la narcoavioneta, los barones de la droga dejaron de operar en la zona sur de la entidad, hasta ahora que el pasado fin de semana aprovecharon los días previos a los festejos de la Nochebuena para sorprender a todas las fuerzas del orden público, pues lograron aterrizar la narcoavioneta para descargar al menos una tonelada de cocaína y luego la unidad aérea, al parecer, se regresó a Colombia sin ningún problema.
El Ejército Mexicano así como otras corporaciones policiales, luego de enterarse del internamiento de una aeronave en cielo quintanarroense este fin de semana, realizaron operativos en diversos puntos del municipio de Othón P. Blanco y en el de Bacalar, sin dar con la unidad aérea.
Fue hasta el martes 24 de diciembre cuando militares lograron dar con la pista en donde la narcoavioneta aterrizó en el ejido Nuevo Tabasco, población internada en la selva de los límites con el Estado de Campeche, en donde decomisaron los objetos ya mencionados.
Zona Sur fue usada para narcoaterrizajes en sexenio de Joaquín Hendricks
Y es que durante el sexenio del exgobernador de Joaquín Hendricks Díaz se dejó crecer el narcotráfico, prueba de ello es que en ese lapso aterrizaron por lo menos cuatro narcoavionetas en diversos puntos del sur del Estado, sin que se haya detenido a los traficantes de droga, quienes lograron descargarla en algún punto de la zona sin ningún problema.
Las narcoavionetas aterrizaron en la zona cañera de la ribera del río Hondo y en la carretera de Reforma a Miguel Alemán, esta última ubicada en lo que es el actual territorio del municipio de Bacalar.
Dichas regiones fueron preferidas de los narcotraficantes para el desembarque de droga, bajo la protección de las diversas corporaciones policiales.
La primera narcoavioneta procedente de Colombia aterrizó el 30 de abril del 2004, en el kilómetro 11 de la carretera que a la comunidad de Reforma, entre los ranchos San José y Robles.
Fue exactamente alrededor de las 20:15 horas cuando el narcoavión aterrizó en dicho camino, aunque los hechos fueron reportados a las autoridades casi a la media noche por un taxista que pasó por ese rumbo.
Tres meses después, el Ejército Mexicano halló una narcopista ubicada en el ejido Cocoyol, en el corazón de la zona cañera, misma que estuvo al servicio de los narcotraficantes, quizá durante un buen tiempo, sin que el gobierno de Hendricks Díaz, a través de las corporaciones policiales de la entidad haya hecho algo para impedirlo.
A un lado de la narcopista fueron hallados tres bidones con diesel que, presuntamente utilizaron los barones de la droga para quemar las unidades áreas, después de descargar la droga con la ayuda de la gente de la zona.
Después que los narcotraficantes quemaron las tres avionetas las llevaron a tirar como a un kilómetro de la pista entre el monte con la ayuda de alguna maquinaria pesada para despistar a las autoridades.
Asimismo, cabe recordar que la carretera Reforma-Miguel Alemán en el año de 1999 fue utilizada para el aterrizaje de la nave en la que viajaba Ofelia Fonseca Núñez, la hija del narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo alias “Don Neto”, en el marco del traslado de un cargamento de droga procedente de Colombia.
La avioneta de la hija de “Don Neto” no bajó en una pista clandestina, sino sobre la carretera estatal que atraviesa la región, en el tramo Altos de Sevilla-Sinaí, y la susodicha fue detenida en las inmediaciones de los excampamentos de refugiados guatemaltecos cercanos a Miguel Hidalgo, entonces parte del municipio de Othón P. Blanco, ahora pertenecientes al municipio de Bacalar. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
NARCOS DELIMITAN TERRITORIO EN EL SUR DE QR
CHETUMAL, MX.- Habitantes de poblaciones del municipio de Bacalar colindantes con el estado de Campeche aseguran que han observado el aterrizaje de avionetas por las noches entre el kilómetro 80 y 81 de la carretera Reforma – Miguel Alemán, donde aprovechan una larga recta entre las comunidades de Melchor Ocampo y Río Verde, además de que los narcotraficantes marcan su territorio con impactos de bala en los señalamientos carreteros. Los pobladores viven atemorizados, pues la vigilancia policial es nula en esta región.
Durante un recorrido por la zona donde presuntamente el pasado fin de semana aterrizó una narcoavioneta, a unos 85 kilómetros al poniente de la ciudad de Bacalar, los pobladores viven atemorizados ante la presencia de miembros de la delincuencia organizada que operan en esa región, donde la vigilancia policíaca y militar es nula.
Aseguran que muy seguido observan vehículos con vidrios polarizados y sospechosos que rondan por esa zona, que incluso por las noches se pueden escuchar ráfagas de disparos, lo que les atemoriza, pues temen que pueda tratarse de ejecuciones por parte de criminales que aprovechan las facilidades que tienen.
Pobladores de esa zona pidieron a las autoridades reforzar la vigilancia, pues aseguran que los delincuentes se han establecidos en esa zona debido a que es una región selvática, donde las poblaciones entre si se encuentran separadas por distancias de entre 10 a 20 kilómetros, además de no contar con partidas policiales.
Asimismo, señalaron que desde el crucero de acceso a la comunidad de El Gallito, los señalamientos carreteros están perforados por impactos de bala de grueso calibre, pues según los habitantes de esa zona, esa es la forma como los narcotraficantes marcan su territorio, desde ese punto hasta Río Verde, en el poniente, ya que es su zona de operaciones y donde descienden avionetas, principalmente por las noches.
Los pobladores de esa zona dicen que por las noches aterrizan avionetas entre los poblados de Melchor Ocampo y Río Verde, cerca del crucero a Nuevo Tabasco, entre el kilómetro 80 y 81, donde también se observa a hombres armados y a bordo de camionetas todo terreno, y después del despegue de las aeronaves, se escuchan ráfagas de disparos.
“El territorio se presta para estas operaciones del narcotráfico. Hace algunos años, teníamos un retén a la entrada de Otilio Montaño, donde había más control, pues los militares revisaban todo tipo de vehículos, pero hace mucho que lo quitaron y no estaría mal que volvieran a instalarlo ahí o en otro punto de esta región, pues ya ni policías estatales tenemos, pues cerraron la partida policial”, dijo uno de los entrevistados.
Comentó que desde el crucero de acceso a la comunidad de El Gallito hasta Río Verde, se pueden observar los impactos de bala en los señalamientos, y que el tramo recto de la carretera se ve amplio y todo el tiempo tiene las orillas limpias de maleza para facilitar el aterrizaje y despegue de las aeronaves.
“Sabemos que son gente que vienen de otros lados, pero que cuentan con ‘trabajadores’ de varias poblaciones de esta zona, que aprovechan para tener una manera de subsistir, aún sabiendo el riesgo que corren; pero no queda de otra, las tierras ya no producen como antes, y en muchas ocasiones nuestros cultivos se pierden con tanta agua”, comentó el informante.
Los habitantes de la zona también indicaron que los caminos sacacosechas que recientemente fueron construidos por la SCT, donde los propietarios de ranchos y parcelas de cultivo decidieron sembrar varas largas a las orillas estas vías para evitar que los delincuentes las usen como pistas clandestinas.
Los habitantes de esa zona viven atemorizados y esperan que se refuerce la seguridad en esa región, principalmente de fuerzas federales, como Ejército Mexicano e infantes de Marina, pues son en quienes más confían y de esta manera estarían cerrando el paso a los delincuentes.
Cabe señalar que los habitantes de esas comunidades se vieron extrañados ante la presencia de militares que ingresaron por esa zona desde el domingo por la noche, y posteriormente se enteraron del supuesto aterrizaje de una avioneta por esa zona, en un área boscosa, donde aseguraron bidones y tambores que presuntamente contenían turbosina, aunque la XXXIV Zona Militar hasta el momento no ha emitido un comunicado oficial sobre estas operaciones. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)