CHETUMAL, MX.- A pico y pala, personal del Séptimo Regimiento de Caballería Motorizada adscrito a la XXXIV Zona Militar cavaron zanjas para inutilizar y destruir la pista clandestina de un mil 500 metros de largo y 12 metros de ancho que fue descubierta al norponiente del Ejido Nuevo Tabasco, en los límites entre el municipio de Bacalar, el municipio de José María Morelos y el Estado de Campeche, en un rancho denominado “El Jarocho”, propiedad de Irineo Pérez Hernández.
Agentes ministeriales y peritos de la Procuraduría General de la República (PGR), luego de efectuar sus diligencias de inspección y levantamiento de evidencias al mediodía del pasado sábado, ordenaron el inicio de la destrucción de esa narcopista.
Además de los tambos, bidones, turbosina, equipos y materiales decomisados por el Ejército en el campamento aledaño a la narcopista, se hallaron llantas de refacción en ese lugar.
La construcción de esta pista se le atribuye a la organización internacional de droga llamada Alianza de Sangre o Cártel de Sinaloa, comandada por Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo Guzmán”.
De la capital del Estado hacia el poblado de Nuevo Tabasco son aproximadamente 140 kilómetros de distancia, que se realiza en dos horas, tiempo de recorrido que también se tarda para llegar de esa localidad perteneciente al municipio de Bacalar hasta la pista clandestina que fue asegurada por el Ejército Mexicano el pasado lunes, ya que son 24 kilómetros de una brecha fangosa.
A esa zona sólo se puede ingresar a bordo de vehículos militares, a pie o a caballo, o en su caso, vía aérea, en helicópteros, debido a que la brecha es demasiado sinuosa y angosta, y actualmente la mayoría de su longitud está convertida en fango.
Esa brecha, que parte desde un camino sacacosechas del ejido Nuevo Tabasco y se dirige hacia el norponiente bajo la selva, fue abierta hace aproximadamente 4 meses, pues Irineo Pérez Hernández, propietario del rancho “Los Jarochos” y “El Jarocho”, contrató maquinaria pesada para su apertura y supuestamente también para abrir la mensura para marcar las extensiones de sus tierras.
La brecha de acceso a la pista se encuentra a dos kilómetros aproximadamente, al noroeste del poblado de Nuevo Tabasco, de ahí inician los 24 kilómetros de brecha, intransitable para cualquier tipo de vehículo; el recorrido es cansado, pues se encuentra situada en medio de la selva, donde puede apreciarse la gran diversidad de flora y fauna de la región, y se tienen que atravesar varios tramos de lodo.
Aproximadamente a 19 kilómetros del poblado se sitúa el rancho “Los Jarochos”, que era del difunto Jerónimo Pérez, padre de Irineo Pérez Hernández, este último que también es propietario de las extensiones donde se ubica la pista clandestina.
En “Los Jarochos” se pudieron observar un gran número de cabezas de ganado que recientemente adquirió el supuesto campesino, quien se apropió de esa parcela tras el fallecimiento de su padre.
Más adelante, a unos 6 kilómetros se ubica la pista clandestina, en una zona donde fueron devastadas más de 10 hectáreas de selva alta, donde hay árboles de madera preciosa y tropical.
La pista tiene 12 metros de ancho y un mil 500 metros de largo, pero de estos sólo 764 metros tienen la tierra compactada y aplanada con maquinaria, por lo que se supone que el área fue habilitada para el aterrizaje de las avionetas, mientras que el resto del trazo es de suelo raspado, que sería el área de frenado y, eventualmente, de despegue.
El sitio estaba destinado a ser un centro de operaciones para la descarga de droga en grandes cantidades, y esto queda más que patente porque, además de los casi 2 mil litros de turbosina que se aseguraron, se confiscaron llantas para aeronaves, esto en caso que durante algún aterrizaje sufrieran algún desperfecto.
Datos de la pista
Según datos recabados la pista fue construida hace cuatro meses aproximadamente, pues Irineo Pérez Hernández reportó que abriría el camino hacia su rancho para facilitar sus actividades ganaderas, además para abrir mensuras y delimitar su terreno, y para ello contrató maquinaria pesada, pero se desconoce la procedencia de los recursos, pues incluso recientemente adquirió una camioneta negra y hace unos dos meses una blanca, ambas tipo pick up.
De esta manera, la maquinaria, tras la apertura del camino, devastó más de 10 hectáreas en una planicie, y raspó cerca de mil 500 metros lineales, pero sólo 764 metros lineales quedaron habilitados para el aterrizaje mediante la compactación y aplanado de tierra.
La pista tiene 12 metros de ancho y a cada 74 metros a lo largo, a los costados, se colocaron piedras con marcas hechas con pintura fluorescente de color verde, donde colocarían las lámparas, lo que hace presumir que los aterrizajes se realizarían por las noches.
Al extremo norte de la pista, entre los árboles, los delincuentes ya estaban construyendo cabañas rústicas, ya que se localizaron estructuras armadas con varas de los árboles de la zona, a las cuales al parecer les pondrían techos de lámina de cartón y paredes de madera, y que presuntamente serían usadas como bodegas para almacenamiento de turbosina, refacciones y herramientas varias, pues precisamente se encuentra en la parte donde se encontraron los bidones y tambos.
Practicamente estaban por concluir lo que sería su centro de operaciones por aire, el que les daría a ganar muchos dólares, pues al menos eso es lo que se puede interpretar en unos garabatos que dibujaron en árboles y rocas con la misma pintura fluorescente, como un signo de dólares, otro que pareciera ser una avioneta y en otra piedra el nombre de Venado y abajo lo que parece ser un helicóptero.
Al parecer, el día que los militares arribaron a esa pista, a principios de la semana pasada, al menos una docena de hombres armados fueron sorprendidos y huyeron por el monte, pero sólo se llevaron sus armas, pues dejaron abandonadas todas sus pertenencias, incluso cartuchos calibres 9, .380 y 7.62 milímetros, dos culatas, una fija y otra retráctil, entre otras cosas que ya dimos a conocer, así como las llantas de refacción para aeronaves.
Se le atribuye al Cártel del Chapo Guzmán
Las narcopista, al parecer, fue construida con recursos del Cártel de Sinaloa o Alianza de Sangre, comandada por Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo Guzmán”, quien después del arresto de Osiel Cárdenas del Cártel del Golfo, se convirtió en el principal traficante de drogas de México. En 1993 fue detenido en Guatemala, pero ocho años después escapó de la prisión de máxima seguridad de Jalisco, bajo el gobierno del panista Vicente Fox Quesada, y desde entonces continúa operando en la clandestinidad.
Dicha organización criminal opera en esta zona del sur de Quintana Roo, debido a que se trata de selva tropical y está en una zona aislada, alejada de las principales ciudades.
Sin embargo, el domingo 22 de diciembre por la noche, la XXXIV Zona Militar y la Procuraduría General de la República (PGR) fueron informados del desplome de una aeronave por las inmediaciones de El Gallito, municipio de Bacalar.
Soldados mexicanos y agentes de la PGR iniciaron un operativo que concluyó el lunes 23 durante el día, cuando localizaron dicha pista pero, al parecer, los delincuentes lograron huir por el monte al notar la presencia militar, aunque se desconoce si dicha aeronave aterrizó, pues no se localizó evidencias de droga.
Aunque las autoridades federales presumen, que en dado caso que la aeronave haya descendido y descargado grandes cantidades de droga, tuvieron tiempo suficiente para darse a la fuga, posiblemente a caballo hacia algún camino cercano donde fueron subidos a vehículos, pero las investigaciones continúan.
Asimismo, en el sitio fueron asegurados casi 2 mil litros de turbosina en tambos y bidones, pero también varios de los recipientes estaban vacíos.
MPFF y peritos de la PGR ordenan destrucción de la narcopista.
Peritos de la PGR, acompañados de agentes ministeriales de la Federación, arribaron el viernes por la noche a la narcopista, para que el sábado 28 de diciembre, a muy temprana hora comenzaran sus labores de investigación y búsqueda de evidencias que los lleve a la captura de los delincuentes que lograron huir.
Fue aproximadamente el mediodía del sábado, cuando ya recabadas las evidencias que ese lugar sería utilizado como centro de operaciones aéreas del narcotráfico, presuntamente Cártel de Sinaloa, ordenaron la destrucción de la pista y de esta manera evitar que sea usada posteriormente como tal, además de que quedó custodiada por efectivos militares.
Debido al pésimo estado en el que se encuentra el camino de acceso, no se pudo ingresar maquinaria pesada, pues es la única brecha que existe para llegar a la narcopista; por ello, elementos del Séptimo Regimiento de Caballería Motorizada, adscritos a la XXXIV Zona Militar, se dieron a la tarea de inutilizar la pista a pico y pala.
Para eso, excavaron enormes zanjas de aproximadamente 50 centímetros de profundidad por un metro de ancho en toda la narcopista, labor que duró parte del día sábado y el domingo, incasable labor de los soldados mexicanos comprometidos con la Nación y el pueblo de México para combatir este tipo de delitos en todo momento.
Por otra parte, existen dudas sobre la demarcación político administrativa donde se encuentra la superficie utilizada para dicha pista, pues no se sabe si está dentro de las extensiones de tierra del municipio de José María Morelos, la zona en conflicto con el estado de Quintana Roo y Campeche, o si es parte de la jurisdicción de Bacalar.
Por ello, acudirán al Registro Agrario Nacional (RAN) a principios de enero para consultar estos datos y a quien pertenece, aunque se dicen que se trata de terrenos nacionales, es decir, que no pertenecen a ningún ejido, y que fueron apropiadas por Irineo Pérez Hernández, al cual nombró como Rancho “El Jarocho”.
Operaciones de cárteles de la droga en esa región
Con el descubrimiento de esta pista clandestina enclavada en una zona selvática cercana al punto de confluencia de los tres estados que conforman la Península de Yucatán, todo indica que miembros del Cártel de Sinaloa pretendían reiniciar sus operaciones en esa zona, tras más de ocho años de inactividad, luego que en el mes de junio de 2005, una avioneta de narcotraficantes tipo Turbo Commander matrícula N-572-L, que fue rastreada y perseguida por el Ejército Mexicano, se estrelló en una zona selvática entre El Gallito y Otilio Montaño, entonces también pertenecientes al municipio de Othón P. Blanco, actualmente jurisdicción de Bacalar.
En esa ocasión, la aeronave fue detectada por un avión de la Fuerza Aérea y transportaba un cargamento de una tonelada 377 kilos 874 gramos de cocaína procedente de Colombia, pero el mal clima le obligó a efectuar un aterrizaje forzoso, pero los pilotos no lo lograron y la aeronave se estrelló, a unos siete kilómetros al sur de El Gallito, con saldo de tres muertos.
En el mes de agosto de 2007, los narcotraficantes intentaron nuevamente de utilizar el sur del Estado para descargar grandes cantidades de droga, ahora del lado de la zona cañera del municipio de Othón P. Blanco, pero la operación fue frustrada por el Ejército.
Entonces, fue en la pista de Kohunlich donde se realizó un intento de narcoaterrizaje, pero en esa ocasión el Ejército Mexicano detuvo a nueve narcotraficantes mismos que responden a los nombres de Ricardo Gallardo Elizalde, Jorge Arturo Alvarado Palacios, Jorge Salinas Garza, Noé Gerardo Alanís Escalante, Juan Ramírez Tijerina, Sergio Daniel Sánchez Gil, Daniel Sánchez Martínez, Guillermo Sánchez Martínez y Francisco Javier Salas Villegas.
Aterrizajes aumentaron durante sexenio de Joaquín Hendricks
Y es que durante el sexenio del exgobernador de Joaquín Hendricks Díaz se dejó crecer el narcotráfico, prueba de ello es que en ese lapso aterrizaron por lo menos cuatro narcoavionetas en diversos puntos del sur del Estado, sin que se haya detenido a los traficantes de droga, quienes lograron descargarla en algún punto de la zona sin ningún problema.
Las narcoavionetas aterrizaron en la zona cañera de la ribera del río Hondo y en la carretera de Reforma a Miguel Alemán, esta última ubicada en lo que es el actual territorio del municipio de Bacalar.
Dichas regiones fueron preferidas de los narcotraficantes para el desembarque de droga, bajo la protección de las diversas corporaciones policiales.
La primera narcoavioneta procedente de Colombia aterrizó el 30 de abril del 2004, en el kilómetro 11 de la carretera a Reforma, entre los ranchos San José y Robles, alrededor de las 20:15 horas cuando la aeronave aterrizó en dicho camino, aunque los hechos fueron reportados a las autoridades casi a la media noche por un taxista que pasó por ese rumbo.
Tres meses después, el Ejército Mexicano halló una narcopista ubicada en el ejido Cocoyol, en el corazón de la zona cañera, misma que estuvo al servicio de los narcotraficantes, quizá durante un buen tiempo, sin que el gobierno de Hendricks Díaz, a través de las corporaciones policiales de la entidad hubiera hecho algo para impedirlo.
A un lado de la narcopista fueron hallados tres bidones con diesel que, presuntamente utilizaron los barones de la droga para quemar las unidades áreas, después de descargar la droga con la ayuda de la gente de la zona.
Después que los narcotraficantes quemaron las tres avionetas, las llevaron a tirar como a un kilómetro de la pista entre el monte con la ayuda de alguna maquinaria pesada, para despistar a las autoridades.
También hay que recordar que en la carretera Reforma – Miguel Alemán en 1999 fue usada para el aterrizaje de la nave en la que viajaba Ofelia Fonseca Núñez, la hija del narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo alias “Don Neto”, en el marco del traslado de un cargamento de droga procedente de Colombia.
La avioneta de la hija de “Don Neto” no bajó en una pista clandestina, sino sobre la carretera estatal que atraviesa la región, en el tramo Altos de Sevilla-Sinaí, y la susodicha fue detenida en las inmediaciones de los excampamentos de refugiados guatemaltecos cercanos a Miguel Hidalgo, entonces parte del municipio de Othón P. Blanco, ahora pertenecientes al municipio de Bacalar. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)