En el colmo de lo absurdo, el alcalde capitalino Eduardo Espinosa Abuxapqui se estrenó como “ponente experto en redes sociales” –así lo destaca un boletín de su unidad de prensa- al dictar la conferencia “Gobierno municipal y el uso de la redes sociales” en la Universidad de Quintana Roo, cuando meses atrás siendo líder del Congreso local se manifestó a favor de “controlar” las redes que hasta hoy gozan de plena libertad.
La Uqroo, como nido e incubadora del priismo local que es ya que incluso tiene como rectora a una “dinosauria” que se resiste a la extinción como les Elina Coral Castilla, le puso al alcalde una conferencia a modo donde pudo pavonearse y mentirle en la cara a los jóvenes universitarios acerca de cómo su gobierno es más cercano a la gente gracias a las redes sociales.
Para dar un ejemplo claro, el poner a hablar a Abuxapqui acerca de las redes sociales es como que invitaran a Daiana Guzmán a hablar de educación sexual, o a Hitler acerca de los males del racismo. Absurdo, insisto.
Y es que el robusto alcalde capitalino es bien conocido por sus colaboradores cercanos por su temperamento explosivo cuando en las redes se le cuestiona o se le crítica por su desempeño como gobernante. Solo responde al elogio y la zalamería, tan abundante en la sociedad chetumaleña.
Pero la vergüenza no es solo para Abuxapqui, sino para la “máxima” casa de estudios de Chetumal que organiza este tipo de eventos carentes de sentido académico donde simplemente le juegan el dedo en la boca a los universitarios y les realizan una lobotomía ideológica para mantener la hegemonía del PRI en la capital, a pesar de la nefasta clase política que hemos soportado por tantos años.
Porque cuando algunos alumnos se vieron interesados en realizar un debate entre candidatos, sin patrocinio de ningún partido sino por puro interés social, fueron los priistas, entre ellos Abuxapqui y Raymundo King, los primeros que tuvieron miedo de enfrentarse a universitarios reales, no sus autómatas acostumbrados.
No, Abuxapqui no es experto en redes sociales, y mucho menos comprende la importancia que tienen para la verdadera libertad de expresión, esa que tanto le arde a él… y a otros tantos políticos.