CANCÚN, MX.- La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) suspendió la evaluación en materia de impacto ambiental del proyecto de construcción y operación del “Tren Transpeninsular Mérida-Punta Venado”, por petición de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que decidió desistirse de continuar con el trámite.

Aunque se desconocen las razones oficiales del desistimiento de la SCT, uno de los motivos que pudo influir, fue la presión de empresarios de Quintana Roo y Yucatán, a través de legisladores federales, para incluir a Cancún en el trazo de la primera fase de las obras, lo que supone la modificación del proyecto original, sometido a evaluación de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA).

La Dirección General de Transporte Ferroviario y Multimodal de la SCT, ingresó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA-R) en su modalidad regional, al Procedimiento de Evaluación del Impacto Ambiental (PEIA) de la DGIRA, el 11 de febrero pasado.

La evaluación como tal del documento de casi mil páginas, inició formalmente el 14 de ese mismo mes, pero días después la SCT se desistió de continuar con el trámite, de acuerdo a lo informado por la DGIRA, que aclaró que un proyecto de tales dimensiones no puede analizarse en menos de 10 días, como se especuló.

Originalmente el proyecto del Tren Transpeninsular, sometido a evaluación, consistía en dos rutas con origen y destino de Mérida (Yucatán) a Punta Venado (Quintana Roo), en una longitud de 334.96 kilómetros.

La obra abarcaba los municipios de Solidaridad, Tulum y la zona continental de Cozumel, en Quintana Roo, así como en los municipios de Mérida, Kanasín, Tixpéhual, Tixkokob, Cacalchén, Bokobá, Tekantó, Izamal, Tunkás, Quintana Roo, Dzitás, Tinum, Uayma, Kaua y Valladolid.

La primera ruta establecería una conexión directa de la ciudad de Mérida con el puerto de Punta Venado, pasando por Valladolid, recorriendo una distancia de 279.249 kilómetros.

En esta trayectoria, con el fin de que el tren no pase por un número mayor de poblados, se establecerían libramientos –vía nueva- únicamente en áreas cercanas a los poblados de Tixkokob, Cacalchén, Tekantó y Tunkás.

La segunda ruta saldría de la ciudad de Mérida y contemplaba una desviación antes de llegar a Valladolid, misma que conduciría a Chichén Itzá; la desviación se marcó en el municipio de Dzitas, hacia Chiché Itzá, para incorporarse nuevamente a la trayectoria de la primer ruta, a la altura del poblado de Valladolid, en el municipio de igual nombre.

La longitud total de la infraestructura ferroviaria sumaba 334.96 kilómetros; el proyecto se planteó para construirse en dos años y medio.

De acuerdo con la MIA-R del proyecto original, para decidir el trazo adecuado, la SCT llevó a cabo un diagnóstico de las vías existentes en la Península que tienen una longitud de 664 kilómetros, de los que es posible aprovechar los derechos de vía de los tramos Campeche-Mérida-Valladolid y Mérida-Progreso (parcialmente), con una longitud aproximada de 369 kilómetros.

“La definición del trazo se basó en el hecho de que la opción directa a Punta Venado es más corta en 54.8 kilómetros, llega al centroide geográfico de la Riviera Maya, en donde se dará el gran crecimiento futuro de la región, para lo cual se requerirá ofrecer el servicio a las localidades de Chichén Itzá, Aeropuerto de Chichén Itzá, Valladolid, Cobá, Punta Venado, Riviera Maya y en segunda etapa al Aeropuerto de Cancún, Playa del Carmen y hasta Tulum”, se lee en el documento.

Se explica también que Calica-Punta Venado, es el puerto de mayor calado en la Península de Yucatán y permite el arribo de Turismo internacional por vía marítima.

Además –dice agrega- en la zona contigua a este puerto existe la disponibilidad de tierra que abarca desde la costa hasta la autopista Cancún-Tulum y se amplia al interior de la Península, lo que permite la localización de una terminal de servicios logísticos para el tráfico y distribución de carga y pasajeros locales, y se logra un acceso directo a la isla de Cozumel.

“Con base en las consideraciones anteriores, cabe considerar (sic) que la elección del trazo entre Mérida y Punta Venado para el desarrollo del Tren Transpeninsular, obedece mas que a consideraciones de costo de inversión, a elementos de demanda actual y futura, es decir, visión de mediano y largo plazo, apuntalamiento del desarrollo de la Riviera Maya, integralidad del desarrollo regional y no sólo otros corredor de transporte, con lo que los beneficios sociales adquieren un mayor alcance”.

Para los empresarios de Quintana Roo, dejar fuera a Cancún, es desperdiciar su aporte de turistas, para suministrar los pasajeros al tren y que logren extender su presencia y estancia en toda la Península.

De no incorporarlo en el trazo-ruta del Tren, el proyecto no sería viable económicamente hablando, ya que Punta Venado carece del tráfico de turistas que Cancún ya garantiza, según los argumentos que la clase empresarial ha expuesto a los legisladores. (Fuente: El Periódico)

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