En todo un desastre terminó la imposición de Harley Sosa Guillén, como presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Por si no fuera suficiente que se trató de una imposición totalmente vertical, el asunto terminó “partidizándose”, pues el PRI echó su cargada en favor del hasta hace unos días Subsecretario de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobierno.

Así, este proceso para encumbrar a Harley, el próximo ‘ombudsman’ de Quintana Roo, terminó absolutamente deslegitimizado.

¿Qué autonomía podría tener Harley, si lo avientan desde el Gobierno del estado y lo encumbran con una cargada muy al estilo del PRI?

En el pecado, Harley llevará la penitencia.

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