Cuando aún faltan más de dos años para la sucesión en Quintana Roo, la cual aun debe pasar el filtro de las elecciones federales de 2015, se ha desatado el fuego amigo en el PRI de Quintana Roo.

Tras los comicios locales del año pasado, la oposición –PAN y PRD- quedó borrada, e incluso algunas fracciones de esos partidos están al servicio del grupo hegemónico priista de la entidad, de tal manera que la sucesión en 2016 es PRI contra PRI.

Aunque muy en el ámbito local, ya le había tocado al subsecretario de Turismo, Carlos Joaquín, ahora toda la artillería se ha enfilado contra el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.

Si bien, la principal inquisidora es la perredista Dolores Padierna, la senadora es integrante de la corriente IDN, de la cual, muchos de sus lideres locales tienen vínculos estrechos con la “nomeklatura” priista local.

Pero, de lo que no queda duda, es que las cosas aún se van a poner peor al interior del PRI, en la definición del próximo Gobernador de Quintana Roo.

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