Desde tiempos ancestrales, la fe ha permitido que miles de viajeros acudan y visiten sitios, santuarios, lugares de culto y personificaciones lo que beneficia a estos puntos que se han convertido por razones específicas en sitios de visita obligada.
La fe religiosa se ha convertido en otro importante nicho de mercado que crece de manera exponencial cada año, según datos de la Asociación de Agencias de Viajes Religiosos en 2013 unas 300 millones de personas viajaron por este motivo dejando una derrama económica estimada en 18 mil millones de dólares.
En México es tradicional que decenas de miles de personas cumplan promesas, viajen y visiten catedrales, conventos, sitios ceremoniales y puntos de tradición religiosa por motivos de fervor o devoción y esto aviva las condiciones del turismo.
Yucatán es un punto que puede y debe explotar debidamente estos nichos de mercado y ofrecer con mayor dinamismo y condiciones los merecimientos que guarda desde sus orígenes Mayas, creencias ancestrales aun vivas y los marcados por la fe católica que tras 470 años ha dejado una gran aportación cultural y social.
En Yucatán no tenemos sitios denominados de alta incidencia por turismo religioso como puede suceder en el Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco o Querétaro, sin embargo nuestro estado cuenta con valores importantes que destacan como presencia para este sector económico-turístico y que ofrece una experiencia inigualable a un viajero exigente y conocedor.
Los ritos y ceremonias tradicionales mayas en Xokén, las tradicionales fiestas de Izamal, La Virgen de la Concepción; Tizimín, Los Tres Reyes; Valladolid, La Candelaria, en los meses de diciembre, enero y febrero, respectivamente, son una gran oportunidad para dar a conocer no solo los alcances de estos puntos tradicionales, sino de destacados e importantes municipios, con sus valores y sincretismos que permiten acercarse a la transformación del yucateco moderno.
Cifras que se desprenden del calendario de fiestas y eventos tradicionales del Instituto Nacional Indigenista indican que en nuestro estado se llevan al cabo unas 120 celebraciones religiosas católicas en los 106 municipios, pero además en los barrios de la zona urbana de la capital yucateca.
Si bien, los festejos en los populosos suburbios de Mérida se han ido perdiendo por la transformación de la ciudad, son aun notorio e importantes las celebraciones en los barrios de San Sebastián, San Cristóbal y Santiago que conservan tradiciones dedicados a San Antonio de Padua, la Guadalupana y el Cristo Negro, respectivamente en la que se considera la primera capilla construida en el continente americano hacia 1552.
De la misma forma, abonando en los atractivos y singulares sitios de valor histórico religioso esta la catedral de la ciudad de Mérida, que cumple ya sus 414 años de edificada, la primer terminada en América en el siglo XVI y cuya sobriedad y riqueza conserva sus archivos y pinacoteca, una de las mejor conservadas en su tipo.
Los datos de investigación aportan que en la península de Yucatán se conservan 45 conventos construidos entre los siglos XVI y hasta el XIX, que mantienen importantes aportaciones y construcciones de las diferentes órdenes religiosas, como es el caso del convento franciscano de Izamal, dedicado a San Antonio de Padua, concluido hacia 1561 y que cuenta con el atrio más grande de América Latina.
Pero además están los claustros de Maní, Conkal, Valladolid, Tekit, por solo mencionar algunos donde se percibe aun con gran presencia el sentimiento de fe y los valores tradicionales que se viven en muchos puntos de Yucatán.
Con todo ello, se incluyen museos, pinacotecas, haciendas y fincas con ermitas y capillas de la época colonial y del auge henequenero, galerías y tiendas de antiguedades, marcan una forma única de la vocación y valor sentimental que guardan los habitantes de Yucatán sobre su fe religiosa.
Sin temor a equivocarme, Yucatán tiene mucho que ofrecer a los millones de viajeros que buscan una experiencia diferente y viva, única por sus características y valores en las formas y expresiones del Maya y del yucateco en general, formular y promover el turismo religioso permitirá abrir oportunidades y desarrollo para los municipios y sus habitantes, es una muestra más de la gran variedad de oportunidades que brinda esta tierra del Mayab.