No solo está la intención de la “nomenklatura” priista local de eliminar a Julián Ricalde de la contienda electoral federal de 2015, sino también hay fuego amigo contra el ex presidente municipal de Benito Juárez (Cancún).
La nueva andanada oficial a partir de la disposición de auditar el 100 por ciento de la cuenta pública de 2012, tiene dos objetivos contra Ricalde: que se baje “por las buenas” o bajarlo “por las malas” del proceso electoral federal, que inicia en unas semanas.
Pero también está la coyuntura de la renovación del Consejo Estatal, órgano que a su vez elegirá al nuevo presidente de ese partido de la entidad.
Y también, hay perredistas que tratan de sacarle raja a esta andanada contra el ex Edil y han obtenido apoyo “oficial” o “extraoficial” a fin de evitar que Ricalde reúna el número suficiente de consejeros para tener mayoría en el Consejo Estatal.
Con fuego amigo y enemigo hay doble consigna contra Ricalde: Que no sea candidato a diputado federal, y que vaya a la baja en el Consejo Estatal perredista.