BERLÍN, ALEMANIA.- El entrenador campeón del mundo de Alemania, Joachim Löw, compartió el trofeo con los miles de alemanes que se reunieron en Berlín para recibir al equipo al declarar que “todos somos campeones del mundo”.
“Debo agradecer a todos los fanáticos en Alemania, sin ustedes no estaríamos acá”, afirmó Löw desde el escenario montado delante de la Puerta de Brandeburgo, frente a más de 250,000 personas que deliraron con la llegada de sus campeones, la cuarta ocasión para Alemania.
Los alemanes se habían congregado desde primeras horas de este martes en la capital del país para recibir a los jugadores y al cuerpo técnico.
En la terraza del aeropuerto que da a las pistas, cientos de aficionados vieron bajar del avión a los “héroes”, que despegaron de Río de Janeiro con retraso. El avión de la Nationalmannschaft aterrizó alrededor de las 10:00 horas (local) en el aeropuerto de Berlín-Tegel.
El capitán Philipp Lahm, con el trofeo en la mano, fue el primero en descender del avión, seguido por sus compañeros, ataviados con ropa deportiva, mientras que el seleccionador Joachim Löw estaba vestido de negro y llevaba gafas de sol.
Con camisetas, banderas y sombreros de color rojo, negro y oro, los aficionados esperaban tranquilamente la llegada de los jugadores y sobre todo la de Mario Götze, autor del gol de la victoria en la prórroga (1-0) contra Argentina.
Bernd Hesse, un conductor de autobús de 34 años, apuntaba con el teleobjetivo para retratar el momento. “Es un hecho histórico. La última copa del mundo de Alemania se remonta a 1990. Todos los días no se tiene la ocasión de ver esto”, fueron sus palabras.
“Durante cuatro semanas, los jugadores me han hecho vibrar. Es mi forma de agradecerles” aseguró Lydia Lampa, de 28 años, encargada de comercio en una agencia de publicidad de Berlín.
En un autobús ubicado a la izquierda del escenario en la Puerta de Brandeburgo, había un gran mensaje que decía: “Somos el jugador número 12”. Y en el escenario donde los jugadores saludaron a los aficionados otro que se leía “Gracias, chicos”.
Los aficionados empezaron a acudir al lugar desde la madrugada para festejar este cuarto título mundial. Según testigos, algunos pasaron la noche en sus vehículos para asegurarse un buen sitio.
Todas las generaciones están presentes, como la familia Felgentreff. Viajaron 630 kilómetros en coche desde Aquisgrán para encontrarse con un hermano y sus hijos en Berlín y asistir al histórico retorno de la Mannschaft.
“El ambiente es tan genial como el día en que el muro cayó” afirmó Christine Felgentreff, una profesora de 53 años. La mujer explicó que su marido Ulrich ha vivido los tres anteriores títulos (1954, 1974, 1990) ya que nació en el año del primero de ellos, en 1954: “Nos sentimos tan orgullosos”.
“El sueño habría sido ganar en 2006, cuando Alemania organizaba el Mundial, pero este título en Brasil es extraordinario”, afirmó. (Fuente. AFP)