CHETUMAL, MX.- Las mujeres que ejercen la prostitución en la Ribera del Río Hondo, en muchos casos han sido maltratadas por clientes, autoridades y dueños de bares, así como algunas personas de los pueblos, que las juzgan por el trabajo que desempeñan.

Los derechos humanos de estas mujeres también han sido violentados de muchas maneras con ofensas verbales, discriminación, abandono por parte de autoridades estatales y respeto al trabajo que ejercen.

Las prostitutas de Río Hondo no cuenta con ninguna protección legal mucho menos laboral, tampoco con seguro de salud, ni viviendas dignas e incluso cuando hay redadas por parte de la Procuraduría General en la ribera muchas de ella son detenidas en los bares por ejercer dicho trabajo.

Lo anterior ha sido documentado en la investigación “Análisis sobre la Prostitución en la Ribera del Río Hondo”, realizado por la estudiante de la Maestría en Ciencias Sociales Aplicadas a los Estudios Regionales, de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo), Esther Castillo Ávila.

De acuerdo con la investigación de campo realizada en las comunidades de la ribera del Río Hondo, el problema de la prostitución radica en que la región es una zona agrícola, donde la dinámica de trabajo gira alrededor de la fábrica de azúcar donde la prioridad de trabajo es para los varones y muy pocos espacios para las mujeres.

Por consiguiente, la prostitución en esta región características propias, puede durar poco tiempo o ser parte de un ciclo anual de trabajo. Porque consideran que termina la zafra, el trabajo declina un poco, es decir no tienen tantos clientes como cuando el ingenio está trabajando.

Esto se debe a que los inmigrantes contratados que vienen al corte de caña cada seis meses, se regresan a sus estados de origen, por lo tanto el trabajo del sexo-servicio decae, afectando a las mujeres en cuestión económica.

Otra característica de la prostitución en la ribera es que está asociado muchas veces con el consumo de drogas, alcoholismo y redes de prostitución, así como va de la mano de una vida marginal para las mujeres que la ejercen, debido a las leyes que prohíben o ilegalizan la prostitución y a los estigmas vinculados a la prostitución.

Si bien, las mujeres que integran el comercio sexual en esta área son migrantes como hondureñas, guatemaltecas y beliceñas, también tenemos a la realizan inmigrantes nacionales llegan con el objetivo en su mayoría de mejorar su situación económica.

Las mujeres originarias de la región que también se dedican a este tipo de trabajo, en su mayoría son madres solteras.

Según en las historias de vida descritas por las protagonistas, consideran que el trabajo sexual, según la propia definición de las prostitutas, no siempre es una actividad estable, sino que se realiza simultáneamente con otras formas de ingreso, como el comercio informal, o extras por de parte sus novios o queridos.

Cabe mencionar que, el comercio sexual se refiere a un fenómeno conocido tradicionalmente como prostitución, que engloba diversas actividades jerarquizadas tanto económica como socialmente, mismas que, a su vez, son clandestinas, públicas y semioficiales, y se combinan con otros servicios como parte de las transacciones políticas y de negocios que representan.

De igual manera el sexo servicio es la actividad económica de prestación de servicios sexuales mediante una remuneración sin que exista entre el prestador de servicio y el cliente/usuario, la relación obrero-patronal que regula la Ley Federal del Trabajo en México. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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