CHETUMAL, MX.- Su nombre es Sandra de los Santos García, “Sandy”, como le dicen en su hogar sus seres queridos. Tiene apenas 14 años y hasta el pasado mes de noviembre todo era normal en su vida de adolescente, con muchos sueños por cumplir. En la escuela secundaria donde cursaba el segundo grado estaba entre los mejores alumnos en desempeño académico, y en noviembre de 2014 festejaría sus XV años.

Pero el destino le tenía preparada una mala pasada a Sandy y a su familia; un día cualquiera al salir de la Secundaria Técnica No.15 donde realizaba sus estudios, lo que empezó como un fuerte dolor de cabeza desencadenó en un derrame cerebral que le dejó paralizados todos los miembros de su cuerpo, debido a un problema congénito que hace que sus arterías sean muy delgadas, que al enredarse ocasionó que se reventará una, según los comentarios de la señora Elvia García Pérez, madre de Sandy.

Desde ese triste día de noviembre de 2013, la vida de Sandy ha cambiado radicalmente para ella y sus padres, Don José Santiago de los Santos, taxista de oficio, y su madre Elvia García Pérez que se dedica a cuidar de su hogar en la colonia Lagunitas, construido de madera con techo de láminas de zinc.

La escena rompe el corazón; Sandý, la destacada estudiante, la feliz adolescente, ahora pasa sus días recostada en una hamaca refrescándose con un ventilador de pedestal. Frente a ella se encuentran los diplomas y reconocimientos de aprovechamiento escolar con promedio de 9.8 desde su nivel primaria, al igual que sus fotos donde luce el uniforme de la escolta de la Secundaria donde estudiaba.

La familia Santos García se ha visto en graves apuros económicos desde ese negro día, ya que desde el momento en que Sandy sufrió el derrame la jovencita fue atendida en el hospital general, y al no tener el equipo y los especialistas necesarios para su atención fue trasladada de urgencia a la ciudad de Mérida, Yucatán, traslado que la madre de la menor todavía adeuda, ya que a pesar de que cuenta con Seguro Popular le dijeron que no cubre los traslados, por lo cual doña Elvia tuvo que pedir prestados siete mil pesos, 3 mil 500 del costo de traslado a Mérida y otra cantidad similar para regresar a Chetumal.

Comiendo tan solo una porción de comida al día entre don José y doña Elvia por no contar con familiares o amigos en ese lugar, pasaron dos meses de pesadilla en esa ciudad yucateca, donde los médicos le daban muy pocas esperanzas de vida a su menor hija.

Hoy, a ocho meses de ese trágico momento, la jovencita sigue demostrando a esos doctores que sus ganas de vivir son más grandes que sus diagnósticos médicos, ya que platica bien, come, mueve su mano izquierda, observa a las personas que la visitan, reconoce e intenta mover la parte izquierda su cuerpo, porque la derecha todavía presenta muchas dificultades por falta de terapia.

Y es que Sandy requiere con urgencia una radiocirugía cerebral, señala la señora Elvia García, ya que de lo contrario podría volver a sufrir un nuevo derrame, lo cual por la situación en que se encuentra difícilmente su cuerpo pueda soportarlo.

El problema de ello radica que este tipo de cirugías solo se realizan en la ciudad de México y tiene un costo de alrededor de 100 mil pesos, dinero con el que la familia no cuenta, ya que por la precaria situación en que viven y el trabajo que realiza don Santiago hay días en que con dificultad les alcanza para comer.

Los padres de Sandy aún tienen la esperanza de que su hija pueda vivir una vida larga, y por eso se atreven a pedir por este medio a las autoridades del gobierno, al Gobernador Roberto Borge Angulo, al DIF estatal que preside la señora Mariana Zorrilla de Borge, al líder del Congreso local, José Luis Toledo Medina, para conseguir este apoyo que requiere con urgencia la menor, ya sea directamente o través de alguna fundación para que la jovencita sea operada.

Lo único que ellos quieren es poder darle a su hija la posibilidad de vivir y crecer con esta cirugía, por lo que ellos abren las puertas de su hogar a quienes estén dispuestos a apoyar y verificar realmente la situación de la menor, que se ubica en la Calle Laguna Virtud No. 68 entre Noh Bec y Paila, Col. Lagunitas en Chetumal.

También pueden hacer contacto vía telefónica al 9831140713 con los padres de la menor.

De igual manera a quienes quieran apoyar de manera monetaria, el padre de Sandy pone a disposición la cuenta 61271362395740 en Banco Azteca a nombre de José Santiago de los Santos para los que gusten apoyarlos con algún depósito. (Fuente: Periodistas Quintana Roo)

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