Dicen que el Palacio Municipal de Benito Juárez es algo así como el palacio del terror.
Y es que prácticamente está deshabitado y los directores ya ni se asoman a sus oficinas.
Desde que el Alcalde Paul Carrillo decidió dejar de ir también en la tardes al Palacio Municipal, es un edificio fantasma, sin directores ni regidores.
No hay nadie que atienda los problemas de los ciudadanos, pero eso sí, están abiertas las cajas, para que los contribuyentes vayan a pagar las nuevas multas que se ha sacado de la manga la actual administración municipal
Y eso que aún no ha trascurrido ni un tercio del trienio “paulista”.