KANTUNILKIN, LAZARO CARDENAS, MX.- “No estamos levantando el bloqueo, es una tregua a la que hemos decidido llegar con las autoridades”, destaca la comitiva ejidal encargada de las negociones para la indemnización de las tierras ejidales afectadas por la modernización de los primeros seis kilómetros de la carretera Kantunilkín-Chiquilá, asegurando que el próximo miércoles se acuartelarían los comuneros en la Comisaría Ejidal, en espera de la respuesta que las autoridades estatales den el próximo miércoles cuando se reúnan con ellas en la ciudad de Cancún.
La noche de este viernes, los ejidatarios llegaron a un acuerdo con el presidente municipal Luciano Simá, quien acudió al lugar del conflicto y firmó un acuerdo escrito a mano, donde se comprometía a gestionar el pago indemnizatorio ante las autoridades competentes.
El alcalde dijo tener toda la disponibilidad de apoyar a los ejidatarios en su lucha justa por buscar indemnizar las tierras a través de los conductos adecuados y no afectando a terceros como sucedió con el bloqueo de la carretera.
Aunque el documento no estipula tiempo para dar una respuesta, mucho menos se tenga que hacer el levantamiento del plantón, el alcalde condicionó de palabra el tener que dejar los bloqueos a fin de que ese documento firmado por su puño y letra tenga la debida validez.
Ningún ejidatario dijo nada, fue hasta que el alcalde se marchó del lugar cuando vinieron las opiniones encontradas y el resquebrajamiento de la unidad ejidal que se había tenido de los grupos antagonistas que por años se habían formado en el interior del núcleo ejidal.
Decenas de ejidatarios no estuvieron de acuerdo con la decisión, llamaron vendidos a sus representantes, otros aún consideran buscar la destitución de Silverio Mariano Canul como comisariado ejidal y poner un interino, de modo que se espera hoy domingo una asamblea ejidal demasiado caliente.
Los ánimos se caldearon en la salida a Kantunilkín donde se mantenía el bloqueo a eso de las once de la noche del viernes, sobre todo porque unos cuantos ejidatarios se mantenían en estado inconveniente, pero el anuncio de que el martes se repartiría alrededor de 400 mil pesos, producto de la venta de sascab, los comuneros se calmaron.
A la media noche el bloqueo dio fin luego de setenta y dos horas continuas de guardia que habían realizado los ejidatarios, que para muchos de nada sirvió, considerando que esto olía a derrota, en tanto que para otros se sembraba un precedente del compromiso adquirido por el alcalde y se tenía fundamentos concretos para exigirle en caso de no cumplir.
Ayer sábado se había acordado una reunión informativa en el club social ejidal, adonde acudieron algunos comuneros que no estuvieron presentes en la negociación de la noche anterior, ya que su turno de guardia iniciaba a media noche y una vez levantado el bloqueo ya no hubo necesidad de que acudieran al lugar.
La fractura de los ejidatarios, la formación de grupos, era más que evidente y “el error” cometido unas horas antes al firmar el acuerdo y levantar el bloqueo con un acuerdo de palabra, buscaba redimirse con una nueva propuesta de la comitiva, que pedía a los ejidatarios acuartelarse el próximo miércoles en la comisaria ejidal.
Esto a manera de presión para que las autoridades estatales, con las que se reunirían el próximo miércoles, dieran una respuesta favorable a sus peticiones y el alcalde Luciano Simá acudiera ese día como intermediario a favor del ejido, de lo contrario en ese mismo momento se retomaría el bloqueo de la carretera Kantunilkín-Chiquilá.
Pese al esfuerzo del comisariado ejidal de convencer a los comuneros de que se tiene un precedente y algo ya concreto con el convenio firmado por el alcalde el inconformismo se mantenía hasta ayer entrada la tarde.
Hoy está prevista una asamblea ejidal a las diez de la mañana, en la que se tomarían los últimos acuerdos sobre lo que se realizaría el próximo miércoles y posteriormente se tendría un convivio entre ejidatarios como un “relax” de lo vivido en las últimas 72 horas a fin de renovar energías en caso de que se tenga que ejercer presión nuevamente hacia las autoridades municipales, estatales o federales. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)