No hay duda que la práctica hace al maestro.

De tantas veces que en Quintana Roo se ha recurrido a la represión para acallar la protesta social, cada vez les sale mejor.

Uno de los últimos actos de represión, fue el del 1 de junio en Kantunilkín, cuando la policía arremetió contra ejidatarios de Holbox, luego de aquella asamblea en la que empresarios meridados, se apoderaron de toda la isla.

Y aunque el asunto ocurrió en un sitio relativamente remoto, resultó más que trascedente pues muchos de los ejidatarios grabaron con sus teléfonos celulares los excesos de los entonces “chicos” de Bibiano Villa.

Pero, ya no les volvió a pasar, y en la represión de la madrugada del miércoles en Felipe Carrillo Puerto, los granaderos se fueron, primero contra los manifestantes y contra los espectadores, que tomaban videos y fotos.

Y a final de cuentas, no hay muchos testimonios de esta nueva acción represiva del Gobierno de Quintana Roo.

Tal es su “mejoría” en reprimir, que deberían de incluirse como logró en el próximo informe de Gobierno.

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