PLAYA DEL CARMEN, MX.- El ajuste de cuentas por deudas derivadas del narcotráfico y por “chapulín” fueron las causas de la brutal ejecución del sujeto que fue encontrado en la avenida Universidades con un disparo en la cabeza.

El ejecutado fue identificado como Jordi Fernández Azcaño, de 22 años de edad, originario del Estado de Veracruz, quien se desempeñaba como bartender en el antro “Blue Parrot”, aunque esta actividad la combinaba con la de “tirador” independiente, lo que a final de cuentas le costó la vida.

Como recordará, la madrugada del viernes, al filo de las 1:30 horas, agentes de seguridad privada de una empresa ubicada en la avenida Universidades, a un costado del fraccionamiento “Los Arrecifes” –a 200 metros de la carretera federal- realizaban sus recorridos de rutina, cuando sobre la banqueta encontraron el cuerpo de un sujeto que presentaba una herida en la cabeza, de la cual le escurría masa encefálica y abundante sangre, por lo cual reportaron el hallazgo a la central de emergencias.

El sujeto presentaba a simple vista un disparo producido por un arma de fuego, al parecer tipo revólver calibre 38 especial, que tuvo entrada en la región frontal izquierda con exposición de masa encefálica y el cuerpo quedó en posición decúbito ventral -boca abajo- presentando como características físicas el cabello corto chino, tez moreno claro, 1.70 de altura y entre sus pertenencias le encontraron dos celulares y sin identificación alguna. Sin embargo, la tarde de ayer los familiares reconocieron el cadáver del presunto “tirador”.

El cadáver fue reclamado por F.F.A., de 46 años de edad, originario de Veracruz, quien dijo que ayer por la mañana su esposa salió a comprar a la tienda de la esquina, pero al ver la portada de un periódico de circulación estatal se percató que el que aparecía en la foto era su hijo Jordi Fernández Azcaño, de 22 años de edad, oriundo de Veracruz, quien se salió del seno familiar desde hace unos siete meses sin que supieran dónde vivía ni a qué se dedicaba.

Durante el desarrollo de las investigaciones, salió a relucir que el ejecutado laboraba en el antro “Blue Parrot” como bartender, aunque también se supo que combinaba su empleo con el de “tirador” de drogas independiente, a los cuales en el argot se les conoce como “chapulines”, y al parecer tenía una deuda considerable con sus surtidores a quienes no les quiso pagar la mercancía, siendo esta la razón que los sicarios tuvieron para consumar la ejecución. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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