Vaya que el Gobernador Roberto Borge ha sido insistente en apoderarse del PRD de Quintana Roo.
Falló en su primer intento. Había enviado a ex perredistas, ahora en el PRI, para reunir el número suficiente de consejeros que, a su vez, “elijan” a Rafael Esquivel Lemus.
Sin embargo, diversas corrientes lograron soportar el embate, pero de todas formas, la votación se atomizó de tal manera, que la planilla que quedó en primer lugar quedó muy lejos.
En el segundo intento, se buscó ir a la compra de consejeros, pero los resultados no fueron los esperados.
Y como tercer intento, ahora se recurrió a las denuncias penales y procesos administrativos contra algunos de los líderes de las corrientes a fin de doblarlos.
Con perredistas afines como Luz María Beristaín, o con perredistas con procesos abiertos como Ivanova Pool y Emiliano Ramos, ahora Borge va por el tercer intento.
Estos perredista afines y amenazados no aceptaron a Alonso Ventre pero acordaron que el próximo presidente estatal sea Emiliano Ramos, que ya está en precampaña en los medios controlados por el Gobierno del estado.
Y ahora el PRD-QR está cerca, muy cerca de ser dirigido a control remoto desde la Casa de Gobierno.