SAN FRANCISCO.- Nada detiene a la magia y el poder del brazo zurdo del abridor Madison Bumgarner que mantuvo su invicto en los partidos de la Serie Mundial al lanzar la ruta completa del quinto que su equipo de los Gigantes de San Francisco ganó por blanqueada de 5-0 a los Reales de Kansas City.
Bumgarner, de 25 años, volvió a silenciar a la artillería de lo Reales que fue incapaz de hacerle contacto a la pelota que lanzó el zurdo de oro de los Gigantes.
Ni tan siquiera en la recta final del partido cuando ya llevaba realizado más de 100 lanzamientos que amplió hasta los 117 y 84 fueron colocados en la zona del “strike” al concluir el partido, que le permitió bajar a 0.56 el promedio de carreras limpias permitidas.
El zurdo de los Gigantes, que tiene marca de 4-0 en los cuatro partidos que ha abierto de la Serie Mundial, ya colocó su nombre junto a los grandes que brillaron en el “Clásico de Otoño”.
Con otra magistral apertura Bumgarner también hizo posible que los Gigantes se colocasen arriba (3-2) en la serie que disputan al mejor de siete partidos y estén a una victoria más de conseguir el tercer título en cinco temporadas, otro hito dentro de la historia del equipo y de las Grandes Ligas.
En las 41 ocasiones previas que la Serie Mundial estuvo empatada 2-2 en el formato del mejor de siete juegos, el ganador del quinto juego se proclamó campeón en 27 veces, pero sólo cuatro lo consiguieron en las últimas 11, lo que le da esperanzas a los Reales.
Bumgarner, que espació sólo cuatro imparables, logró la primera blanqueada que se da en la Serie Mundial desde que Josh Beckett, de los Marlins de Florida, lo consiguió ante los Yanquis de Nueva York, en 2003, cuando el equipo de Miami se coronó campeón del “Clásico de Otoño”.
Ahora a la par de mitos como Sandy Koufax y Bob Gibson, Bumgarner inclusive estaría dispuesto a trabajar como relevista en el séptimo partido si fuese necesario como dejó caer el piloto de los Gigantes, Bruce Bochy,
“Gracias a todos los aficionados por el apoyo que me han dado”, declaró Bumgarner al concluir el partido. “Sabía que podía hacer mi mejor trabajo desde el montículo, porque simplemente cumplí con los principios que rigen en el béisbol, disfrutar en cada lanzamiento”.
Pero si Bumgarner tuvo una labor monticular impecable, también volvió a recibir todo el apoyo con el bateo oportuno y una buena defensa de los Gigantes.
Lo primero le llegó de la mano del campo corto Brandon Crawford que impulsó tres carreras, mientras que el jardinero emergente dominicano Juan Pérez conectó un doble de dos anotaciones y el tercera base venezolano Pablo Sandoval conectó un par de imparables y anotó dos veces en el que pudo haber sido su último partido en casa con el uniforme de los Gigantes.
Sandoval cuando concluya la competición de la Serie Mundial se convertirá en agente libre y sobre la mesa tendrá ofertas de gran interés, sin que la mejor sea precisamente la del equipo de San Francisco.
Lo anterior forma parte del futuro, como lo es también el sexto partido que tendrán que disputar el marte ambos equipos, esta vez en el Kauffman Stadium, de Kansas City, donde los Gigantes buscarán asegurar su tercer título en cinco temporadas, y el equipo local alargar la serie hasta el séptimo juego.
Mientras que los Gigantes ya tienen definido al veterano Jake Peavy (0-1) como su abridor estelar para el sexto partido, los Reales todavía no han decidido si será el dominicano novato Yordano Ventura.
El piloto de los Reales, Ned Yost, reconoció al concluir el cuarto partido, que en su interior siempre pensó que la serie se alargaría a siete partidos.
Los responsables de que eso suceda serán sus propios discípulos si en el sexto juego pueden encontrar de nuevo sus mejores armas de una buena defensa, velocidad, bateo oportuno y sobre que los abridores recobren su poder y el “bullpen” su eficacia.
Yost, que hizo varios ajustes a la novena para poder enfrentar a Bumgarner, al final no le resultaron como hubiese deseado porque desde el montículo estuvo el casi seguro ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) si al final los Gigantes consiguen el triunfo que necesitan para proclamarse campeones.
Una noche después de remontar una desventaja de tres carreras para ganar 11-4, los Gigantes también fueron superiores a los Reales con el bate oportuno ante el abridor James Shields (0-2), que cargó con la derrota aunque hizo mejor labor que en el primer partido y duelo que mantuvo frente a Bumgarner.
Tampoco los relevistas estelares, el dominicano Kelvin Herrera, y Wade Davis pudieron frenar el bateo oportuno de los Gigantes en la parte baja de la octava entrada cuando surgió la figura de Pérez como protagonista del racimo de tres carreras que pusieron el broche de oro a una gran noche que vivió el deporte del béisbol.
Ahora, los Reales, que regresan a su campo, intentarán evitar que los Gigantes, campeones en las Series Mundiales del 2010 y 2012, se unan a los Cardenales de San Luis que ganaron tres títulos en cinco temporadas (1942-1946), el único equipo de la Liga Nacional que lo ha conseguido.
Los Reales conocen ya el camino de la remontada como lo hicieron en su última participación en la Serie Mundial, la de 1985, cuando vinieron de atrás y ganaron los dos últimos partidos a los Cardenales para proclamarse campeones. (Fuente: EFE)