CANCÚN, MX.- Ya había sido asegurado en México por tráfico de drogas y aun así, continuaba operando el avión Grumman Gulfstream, con matrícula mexicana XB-NKS, que apareció quemado en una pista clandestina de Calabozo, Guarico, Venezuela hace unos días.
Así lo han dado a conocer autoridades de ese país, quienes han agregado otras posibles rutas, además de Cancún, desde donde la aeronave llegó a Venezuela en donde finalmente fue destruida.
La aeronave ha sido adjudicada a la empresa “Alcance Global” con sede en la ciudad de Toluca, Estado de México, hacia donde partió después de haber estado en el Aeropuerto Internacional de Cancún el pasado 17 de octubre.
Mucho ha dado de qué hablar en Venezuela la destrucción de un avión nuevamente mexicano, el cual aterrizó en una pista clandestina de Calabozo, Guárico en ese país.
El 19 de octubre el recién nombrado ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, quien era entonces jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), informó por vía Twitter sobre la inutilización de un jet Gulfstream que aterrizó en una pista clandestina de Calabozo, Guárico.
Después se sabría que la aeronave reducida a escombros provenía de México y tenía como matrícula XB-NKS.
Autoridades venezolanas iniciaron la investigación correspondiente en torno a la aeronave, detectando que la misma ya había sido decomisada en México y que inexplicablemente seguía operando.
Dentro de la misma investigación salió a relucir otra posible ruta desde donde habría arribado la aeronave, pues según la información obtenida en Venezuela, ésta habría llegado a territorio bolivariano desde Cuernavaca, Morelos, México, convirtiéndose en la tercera aeronave mexicana que termina incinerada en territorio venezolano en lo que va de este año.
Además, la aeronave parece pertenecer a la flota aérea de la empresa “Avance Global” con sede en la ciudad de Toluca, Estado de México.
De acuerdo con la información que ha ido surgiendo, se ha precisado que la aeronave llegó al Aeropuerto Internacional de Cancún el pasado 17 de octubre a las 18:14 horas, proveniente de la ciudad de Toluca y en ella sólo viajaban el piloto y el copiloto.
Extrañamente, el avión Grumman Gulfstream con matrícula XB-NKS salió del aeropuerto de esta ciudad, a menos de una hora de haber aterrizado, pues a las 19:10 horas se tiene el registro de su partida con destino nuevamente a la ciudad de Toluca.
Esta situación mantiene hoy una abierta investigación que involucra a personal de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), pues son ellos los que llevan las bitácoras de vuelo de las aeronaves comerciales y privadas que arriban al Aeropuerto Internacional de Cancún.
En innumerables ocasiones, el aeropuerto de esta ciudad ha sido señalado -y se ha comprobado-, que sirve de trampolín para el trasiego de droga y por esta actividad ya han sido cobradas algunas vidas.
Tal es el caso de José Luis Soladana Ortiz, quien fuera comandante de la DGAC en Cancún y que fue ejecutado en noviembre del 2007 de siete impactos de bala.
Soladana Ortíz era investigado antes de ser ejecutado, pues autoridades federales tenían información de que fue él quien autorizó ese mismo año, el aterrizaje del avión tipo Grumman Gulfstream con matrícula N987SA en el Aeropuerto Internacional de Cancún, días antes de que la aeronave se desplomara cerca del poblado de Tixkokob, Yucatán con más de 6 toneladas de droga.
Ahora la incineración del avión Grumman Gulfstream en Venezuela, ha puesto de nueva cuenta en entredicho al personal de la DGAC en Cancún, por sus posibles nexos con el crimen organizado. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)