Qué ironía. Toño Cervera terminó convirtiéndose en lo que más odiaba.

Y es que el también publicista brincó a la fama denostando a los políticos y pintándose la cara de “ciudadano”.

Aunque se perfilaba como candidato ciudadano, finalmente se postuló al Alcalde por el partido Movimiento Ciudadano, en lo que se entendió también como parte de la estrategia de restarle al PRD.

El atuendo ciudadano de Cervera resultó, pues obtuvo una buena tajada de votos que lo ayudaron a ser regidor y contribuyó de buena manera al triunfo del PRI.

Pero poco a poco se fue convirtiendo en lo que odiaba y como regidor empezó a votar en el mismo sentido que sus colegas políticos del PRI y PVEM.

Luego, se convirtió en líder de un partido político, pues se integró la dirigencia colegiada de MC en el estado y en el municipio, y por si fuera poco, incrustó a su familia en esa organización.

Por si fuera poco, ahora es “chapulín”, pues pidió licencia de regidor para ser candidato a diputado federal.

Y ahora Toño Cervera es todo un político, igualito a los políticos que decía odiar, apenas hace unos meses.

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