La bonanza turística, que tanto se alardea, nomás no “cuadra” en las finanzas del Ayuntamiento de Benito Juárez.
En contraste a los récords de ocupación que día a día se divulgan, la Tesorería de la comuna cancunense también tiene récords pero hacia abajo.
El Tesorero Rafael Ponce ya no le encuentra el modo para cumplir la meta de recaudación de 516 millones de pesos en el impuesto predial.
Los contribuyentes no respondieron a los descuentos del 15 y el 10 por ciento de diciembre y enero y se va más difícil que una respuesta mayor en febrero, en la que la reducción es de sólo el cinco por ciento.
Ni el Alcalde Paul Carrillo, ni el tesorero Ponce se atreven a hacer pública la magnitud del desastre, pero se estima que ni siquiera se ha cumplido el 30 por ciento de la meta.
De hecho, lo poco recaudado ya se utilizó para el pago de aguinaldos y las nóminas de diciembre y de enero de la burocracia municipal.
Y lo peor es que ya no hay más por donde recaudar. Además, la Comuna también es deficitaria en el derecho del servicio de recolección de basura.