La “libre” Cancún-Mérida es auténticamente una carretera de la muerte, en particular en el tramo Cancún-Leona Vicario.

Anoche surgió una tragedia más. Esta vez un muerto y 10 heridos. La causa: Un conductor ebrio.

Las condiciones están dadas para que en este tramo ocurran accidentes. No hay acotamientos, hay demasiado tráfico y, particularmente los fines de semana abundan conductores ebrios.

De entrada este tramo de unos 30 kilómetros requiere acotamientos. Urgen.

Pero es evidente, que para la SCT y Sintra, e incluso para el Ayuntamiento, la vida humana no es prioridad.

Es mas prioritario gastar 100 millones en un tramo de 400 metros de la avenida Tulum para “mejorar la imagen urbana” del centro de Cancún, que proteger la vida de miles de viajeros.

Pero, las prioridades son otras.

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