CIUDAD DE MÉXICO.- Con la rebelión de siete partidos políticos a cuestas, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, admitió que es complejo gobernar ese organismo por su diseño legal aunado a su falta de credibilidad.
Los siete partidos que se levantaron de la mesa del Consejo General del INE anunciaron ayer que no participarán en las comisiones y en el Comité de Radio y Televisión hasta nuevo aviso. Dicho comité sesionó con siete sillas vacías.
También presentarán un recurso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial en contra de la negativa de un bloque de seis consejeros –a quienes el día anterior acusaron de seguir la línea del PRI– de debatir dos acuerdos que obligan desde el presidente hasta los delegados a ser imparciales en el uso de los recursos públicos, lo mismo que en el ejercicio de programas sociales.
Aunque Córdova anunció ayer que dichos puntos ya fueron incluidos en el orden de la sesión del miércoles, el representante del PAN ante el INE, Francisco Gárate, señaló que exigirán discutirlos puntos en una sesión programada ex profeso. Perfilaron dicha estrategia en la colonia Roma.
Un día antes, en la reunión con los representantes partidistas, el consejero presidente reprochó al perredista Pablo Gómez y al senador del PAN Javier Corral la responsabilidad de sus partido en que haya una mayoría afín al PRI en el Consejo General (prohijada por el Pacto por México). También les hizo ver que ellos definieron en la ley que los nombramientos se den con una mayoría de ocho votos.
Cuestionado sobre la responsabilidad de los partidos políticos en el diseño de la institución, Córdova respondió: “Gobernar una institución, si se me permite, conducir –corrijo– una institución como el INE es complejo por el diseño legal”.
También admitió, luego de inaugurar unas mesas de distritación electoral, que el instituto vive de la credibilidad pública, y “somos los primeros conscientes que estamos con un déficit de credibilidad que tenemos que ir reconstruyendo”, actuando conforme a la ley y tomando decisiones.
Ofreció dialogar con los siete partidos políticos que abandonaron la sesión del Consejo General como muestra de “insatisfacción” porque no se han detenido las violaciones legales del Partido Verde y hay un dudoso proceso de fiscalización, pero advirtió que no decidirán las líneas de conducción del instituto.
“No podemos menospreciar el planteamiento de siete de diez partidos políticos, pero tampoco podemos en automático asumir que son siete partidos los que van a decidir las líneas de conducción o de decisión del propio Instituto. En eso radica la independencia y la autonomía también de la propia institución; no es solamente respecto de otros órganos de gobierno, sino también respecto de los propios partidos políticos”.
Criticado un día antes por PAN, Morena, PRD, Movimiento Ciudadano, PT, Partido Humanista y Encuentro Social por no definir el nombramiento del titular de la Unidad de Fiscalización y mantener como encargado del despacho al polémico Alfredo Cristalinas, comentó que hará su “chamba” para conseguir los votos que requiere y lo mejor para el instituto.
–Pero entonces ¿mantener a Cristalinas es lo mejor hasta el momento?
–No he dicho eso, y no lo he negado.
Sobre los acuerdos que provocaron la discordia cuando el consejero Marco Antonio Baños, apoyado por otros cinco, logró su aplazamiento, manifestó su deseo de que se aprueben como ocurrió en 2012 y 2009, porque “no son llamados a misa”, en alusión a lo dicho un día antes por el representante del PRI, José Antonio Hernández Fraguas. (Fuente: La Jornada)