Por Graciela Saldaña Fraire

México ocupa el deshonroso primer lugar como mayor consumidor de agua embotellada en el mundo, lo que representa que grandes empresas obtengan un exorbitante 5,000 por ciento de ganancias en sus ventas según datos de la Organización “Poder al Consumidor”.

Y es que la ausencia de estrategias gubernamentales en materia hídrica han convertido al agua en un caudaloso negocio para unos cuantos corporativos, dejando de lado el Derecho Humano constitucionalmente consagrado para los mexicanos. Basta reflexionar un ejemplo para esclarecer mi dicho: tan sólo en 2007, Coca-Cola Femsa obtuvo ganancias por 32 mil 500 millones de pesos y paga al gobierno mexicano sólo 2 mil 600 pesos anuales por cada una de las 46 concesiones de explotación de aguas subterráneas.

Este provechoso negocio trae a colación la opinión de la activista y escritora canadiense Maude Barlow quien afirma: “El Banco Mundial y las Corporaciones Multinacionales quieren privatizar el agua”, en cuyo caso, el gobierno mexicano se estría alineando al proponer una Ley General del Aguas a todas luces privatizadora.

No contamos con garantías y políticas estratégicas que garantice a los ciudadanos el ejercicio del derecho humano al agua, ni el acceso y asequibilidad para todos, y mucho menos la calidad del suministro; esto he evidenciado durante décadas la indiferencia del gobierno frente a la problemática o bien, que las grandes transnacionales amagan para evitar el tema, a pesar que la ONU considera más de mil millones de personas carentes de acceso al agua potable en el mundo.

Esta lógica no está fuera de contexto, si consideramos que el consumo mundial de agua se está duplicando cada 20 años, y la política social de nuestro país esta desorientada. Actualmente la estrategia oficial se enfoca en regalar Pantallas de TV y no en mitigar los problemas sociales de fondo, mucho menos se considera garantizar el acceso al agua ó difundir la importancia y ahorro que pueden representar diversos mecanismos de filtración y purificación.

Las aguas de los Mazahuas.

La importancia de evitar la monopolización se puede analizar de cara a un ejemplo en nuestro país, pues es de todos conocido que una tercera parte del agua que se consume en el área metropolitana de la ciudad de México proviene de los territorios de los indígenas mazahuas, gracias a un sistema de presas, canales, túneles, plantas de tratamiento y bombeo de 300 km de longitud.

Sin embargo esa comunidad protestó por los mecanismos implementados sin su consentimiento, sin que fuesen escuchados sus opiniones e intereses, lo que no satisfizo sus necesidades básicas de acceso al agua y producción de alimentos, redujo sus posibilidades de desarrollo, y tuvo efectos negativos en el ambiente; lo que derivó en un acuerdo entre el movimiento mazahua y la SEMARNAT.

En consecuencia podremos imaginar lo que ocurrirá si se brindan las mismas potestades a las empresas citadas con las ganancias económicas que el derecho humano al agua les representa.
Las aguas del Fracking.

Países como Francia, Bulgaria, Alemania, Reino Unido, República Sudafricana, República Checa, España, Suiza, Austria, Italia, Irlanda del Norte, República de Irlanda, han prohibido el Fracking o han implementado medios precautorios, el presidente de México propone una Ley General de Aguas ambigua que deja abierta la puerta para el desarrollo de ésta técnica, sin importar las alertas del peligro que representan tanto para el suministro de agua, la contaminación y los riesgos a la salud.

La imprecisión de la iniciativa abre la puerta para la Fractura Hidráulica, aun cuando en un solo pozo se requieren entre 9 y 29 millones de litros de agua, esto en un país donde casi el 40 % del territorio presenta estrés hídrico, y pese a que Organizaciones no gubernamentales tienen documentados más de 1,000 casos de contaminación en fuentes de agua cercanas a los pozos de perforación sólo en Estados Unidos. Posibilita la realización de la técnica con inyección de alrededor de 650 sustancias químicas altamente tóxicas a elevada presión, y el 25% de la lista de más de 2,500 tipos de químicos empleados, entre ellos sustancias radioactivas como el uranio, radón y plutonio, pueden provocar enfermedades crónico degenerativas como cáncer y mutaciones,.
Las aguas: derecho humano.

El acceso al agua no solo es un derecho humano, es un derecho fundamental que el Senado mexicano ratificó el 18 de diciembre de 1980 mediante el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales (PIDESC), publicado en el DOF el 12 de mayo de 1981.

Es Precisamente el Comité De Derechos Económicos, Sociales Y Culturales (Cescr) facultado por la ONU para realizar la interpretación autorizada de dicho derecho y vigilar la relación vinculante para de los países que firmaron el Pacto.

Al ratificar este instrumento, el Estado mexicano aceptó voluntariamente las obligaciones para realizar progresivamente, y utilizando el máximo de los recursos disponibles, el derecho al agua que, como ha señalado el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales (Comité DESC), es esencial para alcanzar un nivel de vida adecuado.

Sin embargo, la iniciativa de la Ley General de Aguas contraviene ampliamente este pacto y coloca el agua lejos del reconocimiento de un derecho humano reconocido constitucionalmente y brinda facilidades para detonar su comercialización como “producto” de empresas transnacionales.

DOCUMENTO: INFOGRÁFICO SOBRE EL AGUA (PDF)

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