PLAYA DEL CARMEN, MX.- En comunicado de prensa, el procurador general de Justicia de Quintana Roo, Gaspar Armando García Torres, dio a conocer los resultados de la investigación en torno a la muerte del brasileño Dealberto Da Silva Junior, determinando que no fue homicidio sino producto de una caída que le provocó fractura craneoencefálica. Recalcó que no existió alguna amenaza de secuestro, ya que todo se trató de paranoia a causa del consumo excesivo de drogas y alcohol.
García Torres detalló que Dealberto Da Silva Junior, de 36 años de edad y originario de Jaragua Do Sul, Santa Catarina, Brasil, llegó a Cancún para después trasladarse a Playa del Carmen, junto con su hermano Fernando Luis Da Silva, de 33 años, hospedándose en el hotel Reina Roja, donde invitaron a Ekaterina Vasileva, de nacionalidad rusa. La mujer refirió ante el agente ministerial que a mediados de diciembre llegó a Quintana Roo en compañía de su novio, del cual se separó el 7 de enero, pidiéndole ayuda a un amigo de Brasil.
El día 10 de enero los hermanos, acompañados por Ekaterina y un sujeto identificado como Rómulo Savignon, también de nacionalidad brasileña, recorrieron los antros en la ciudad, consumiendo alcohol en exceso y varios tipos de drogas, sin detallar cómo los consiguieron; la mañana siguiente regresaron al hotel, donde Ekaterina y Fernando Luis sostuvieron una fuerte discusión y ésta se fue. Enseguida los hermanos discutieron por diversos motivos, por lo que empleados del hotel les solicitaron calma.
Estos corrieron sin rumbo fijo, ya que, dijo Fernando Luis, se sintieron perseguidos a tal grado que comenzaron a esconderse en diferentes lugares.
Continuando bajo los efectos del alcohol y drogas, creyendo que eran perseguidos, durante la noche ingresaron al hotel donde se pusieron de acuerdo con deshacerse de sus celulares y evitar ser rastreados vía satelital, así como de sus zapatos para no ser identificados. Luego se separaron para resguardarse. Antes de arrojar su teléfono celular, Fernando Luis envío un mensaje a un familiar indicando que temía que fueran a ser secuestrados.
En su declaración ministerial, Fernando dijo que desde el lugar donde estaba escondido observó movilización de patrullas y personas que comentaban que una persona había muerto, pensando que se trataba de su hermano, por lo que compró ropa y calzado y se trasladado hasta Cancún, donde pasó dos noches hasta que ya sin dinero pidió ayuda a un amigo.
Fernando Luis aceptó que nunca hubo secuestro y persecución, sino el efecto de los enervantes, negándose a interponer denuncia alguna, y solicitando la entrega del cadáver de su hermano.
Richard McCarthy, huésped del hotel, narró ante el agente ministerial que aproximadamente a las 23:45 horas escuchó ruidos en la parte de arriba del inmueble, al asomarse vio a un individuo sosteniéndose del barandal de las escaleras, aproximadamente a cinco metros de donde él estaba. Entró a vestirse para salir de nuevo, pero esta persona ya no estaba. Veinte minutos después fue avisado por otro vecino que había una persona en las escaleras que aparentemente había caído. Al acercarse observó que era el sujeto que vio momento antes.
El procurador negó la existencia de alguna banda de secuestradores, ya que se comprobó que se trató de delirio de persecución de ambas personas, como resultado del abuso de las drogas y el alcohol. (Fuente: Diario de Quintana Roo)