Por Anwar Moguel
Colgado de la ubre presupuestal sin ofrecer a cambio resultados tangibles en ninguna de las posiciones que ha ocupado, el titular de la Secretaría de Desarrollo Social e Indígena (Sedesi), Ángel Rivero Palomo, mantiene sus esperanzas en saltar la Rectoría de la Universidad de Quintana Roo en los próximos meses, ante la inminente salida de Elina Coral Castilla.
No es un secreto que esa es la ambición inmediata del joven funcionario, pues aunque su meta inicial era la alcaldía capitalina, es una meta mucho más difícil ya que ese hueso se lo disputan al menos una decena de políticos, algunos con mayor trayectoria y colmillo que el gris titular de Desarrollo Social.
Y es que desde su ingreso al servicio público, Ángel Rivero se ha caracterizado por no destacar en nada de lo que hace, pues aunque cuenta con un palmarés académico impresionante, con maestrías, cursos en la división de estudios políticos de la carísima Universidad de Harvard en Estados Unidos y actualmente un doctorado en proceso, sus nulos resultados como servidor público lo descalifican.
Ese abultado curriculum universitario lo ha realizado casi en su totalidad con recursos públicos, al gozar de becas privilegiadas a las que no tiene acceso cualquier hijo de vecino y después gozar del manejo de presupuesto que le permitieron pagar, por ejemplo, sus estudios en la Northwestern University de Chicago, en la Harvard Kennedy School de Massachusets, y actualmente en la Universidad Anáhuac.
Si algo le gusta a Rivero Palomo, es presumir su preparación de primer mundo, llegando al extremo en 2013 de pagar anuncios en Facebook para promocionar sus fotografías de pose con catedráticos extranjeros. Fueron un par de meses donde invirtió una buena cantidad de dinero para que todo Quintana Roo se enterara.
Pese a su preparación, su desempeño como funcionario ha sido mediocre, ocupando en el pasado cargos de mediana envergadura donde no ha salido del todo bien librado.
Su carrera política tomó impulso gracias al respaldo del ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz y en su momento de la defenestrada Cora Amalia Castilla Madrid, ya que en su periodo como alcaldesa fungió como Secretario General, para después seguirla a la Secretaría de Educación con el cargo de subsecretario.
Tras un breve paso en la SEQ logró colarse al gabinete de primer nivel como titular de la Secretaría de Cultura, supliendo justamente a Cora Amalia, donde dejó una estela de cuestionamientos por el presunto desvío de 13.5 millones de pesos destinados para la remodelación del Teatro Ávila Camacho de Chetumal de los que nunca se supo más.
Y es que con ese fin, la Conaculta asignó un recurso etiquetado de 10 millones de pesos para remodelar el icónico teatro capitalino, mientras el Congreso local aportó otros 3.5 millones de pesos, pero la obra jamás fue realizada.
Cuestionado por la opinión pública, Rivero Palomo aseguró que ese dinero se destinó a otros rubros diversos, con lo que bastó para darle carpetazo al asunto, aunque en realidad el aspecto cultura sufrió una debacle durante su dirección, dilapidando los logros de Manuel Valencia Cardín, que fue el único que rindió buenas cuentas en esa posición.
En la actualidad, su trabajo como titular de Desarrollo Social ha dejado mucho que desear, pues según los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza ha crecido a pasos agigantados en Quintana Roo y no se han visto acciones concretas que emanen de la dependencia local para combatir este fenómeno social.
Los números no mienten: hasta el 2014 más del 47.2 por ciento de los habitantes del estado estaban en condiciones de pobreza o pobreza extrema, cifra superior en cinco puntos porcentuales al reporte anterior. En sus cuatro años al frente de la Sedesi la pobreza en Quintana Roo se disparó de manera significativa.
De hecho, la acción más directa para el combate a la pobreza emanó del gobierno federal con el programa Sin Hambre, aunque en un principio no se incluyeron los municipios más pobres del estado, José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto y Lázaro Cárdenas.
Sobre Rivero Palomo también pesan señalamientos de nepotismo, ya que desde su ascenso como funcionario coincidentemente su esposa, cuñados y cuñadas, gozan de puestos directivos en distintas áreas del gobierno con salarios de ensueño.
Lo cierto es que Ángel Rivero ya no está conforme en donde se mueve y antes de que termine el gobierno de Roberto Borge Angulo, quiere escalar posiciones volando de a “muertito”, colgado de su cercanía con el exgobernador Joaquín Hendricks que hoy tiene un importante puesto dentro del PRI nacional.
Su sueño de ser alcalde luce imposible por el momento, pues se sabe que en las pasadas elecciones locales intentó colarse a una candidatura por la diputación sin éxito, ya que ni su propio partido lo ve como un buen producto electoral.
Por eso ha puesto la mira en la Rectoría de la UQROO, puesto que se ha convertido en botín de políticos en detrimento de la calidad educativa de la llamada “Máxima Casa de Estudios del Estado”.
Sin ninguna duda, Rivero Palomo tiene los títulos académicos para ocupar el puesto de Rector, pero sus pésimos resultados en la función pública lo colocan contra las cuerdas, pues no ha mostrado tener el talento directivo que se requiere para sacar a flote a la Universidad.
Porque Elina Coral también ostenta sus títulos académicos, incluyendo una maestría, pero los resultados de su desastrosa gestión están a la vista de todos. Esa historia podría repetirse. (Fuente: Política Quintana Roo vía Periodistas Quintana Roo)