No es su mejor película, pero Dheepan ha consagrado a Jacques Audiard en el certamen de Cannes. Con su inmersión en una historia de amor desarrollada en una terrible situación de violencia –tres inmigrantes tamiles en mitad de un barrio de extrarradio de París-, el francés ha ganado la Palma de Oro de Cannes de 2015. Los hermanos Coen, presidentes del jurado, han explicado, con el asentimiento del resto de miembros: “Nos entusiasmó a todos”. Según varios de ellos, les “sorprendió cómo construye esa aventura en la que un trío de extraños acaba siendo una familia”. Otro de los jurados, Guillermo del Toro, la defendió: “Nos gustó cómo de la muerte, de la falta de vida, nace el amor, sin caer en el melodrama. Por no apuntar sus aciertos artísticos”.

Palmarés

Palma de Oro: Dheepan, de Jacques Audiard.
Gran premio del Jurado: Son of Saul, de László Nemes.
Premio del Jurado: The lobster, de Giorgos Lanthimos.
Mejor dirección: Hou Hsiao-Hsien, por The assasin.
Mejor actor: Vincent Lindon, por Le loi du marché.
Mejor actriz: Emmanuelle Bercot por Mon roi y Rooney Mara, por Carol.
Cámara de Oro: La tierra y la sombra, de César Acevedo.
Mejor guion: Michel Franco, por Chronic.
Mejor película en Una cierta mirada: Hrútar, de Grímur Hákonarson.
Mejor película en Quincena de Realizadores: El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra.
Mejor película de la Semana de la Crítica: Paulina, de Santiago Mitre.

Con la Palma en la mano, y rodeado del reparto, Audiard explicó: “La gente me pregunta mucho por detalles de la dirección de actores, de la realización visual y de concepción cinematográfica para los que no suelo tener respuesta”. Al francés nunca le ha gustado explicar su cine y defiende que lo que está en la pantalla es lo que habla por él”. Sobre el desarrollo de la historia, sí ahondó algo: “Me gusta la idea de que un hombre guerrillero, violento, vaya cambiando según le demanda una mujer pacífica. Y espero que alguien mire ahora de manera diferente a ese vendedor que le ofrece rosas mientras se toma un café sentado en cualquier ciudad europea”.

Uno de ellos, el canadiense Xavier Dolan, ahondó en la impresión que sufrieron tras ver el Gran Premio del Jurado, que ha sido para Son of Saul, del debutante húngaro László Nemes. “Necesitamos un momento de silencio, de reflexión, para asimilar el filme”. Son of Saul es una apuesta arriesgadísima para contar la historia de un judío miembro de un sonderkommando –los grupos de prisioneros que trabajaban en los campos de concentración- en Auschwitz durante 36 horas de octubre de 1944, que en medio de aquel infierno intenta enterrar el cuerpo de un niño. La cámara nunca se aleja del rostro del protagonista (salvo en contadas excepciones) lo que hace que el filme viva en un peligroso equilibrio entre lo experimental y lo hipnótico. Su director contó que no se esperaba este premio. “Es mi primera película, no pensaba ganar nada. Sí estoy contento en cómo el público ha reaccionado tras sus proyecciones. Quería contar algo tan inabarcable como los campos de concentración con la dimensión del ser humano. Y que los espectadores lo asimilaran. Eso no se hace rápido. Cannes me ha ayudado a que Son of Saul vaya a llegar a todo el mundo”.

El griego Giorgos Lanthimos, realizador que compitió con Canino (2009) ha logrado el Premio del Jurado con su primera película en inglés, The lobster, una distopía no muy alejada de nuestro presente en la que los célibes son recluidos en un hotel en el que tienen 45 días para emparejarse. El cineasta explicaba su trabajo: “Lo absurdo de algunas situaciones son las que llevan a pensar al espectador en el surrealismo. Pero de verdad, la vida es así. Lo que quería contar era cómo la gente percibe la soledad”. Sobre el premio, aseguró: “A algunos no les importan. Yo me siento muy honrado y más si viene de un jurado así”.

El resto de los premios fueron para el taiwanés Hou Hsiao-Hsien, que con The assassin ganó el galardón a mejor dirección; para el mexicano Michel Franco, mejor guion por Chronic (“Lo comparto con Tim Roth, porque para él desarrollé el proyecto y estuvo todo el rato encima”); para el francés Vincent Lindon, mejor actor con La loi du marché (“Con 55 años y es mi primer premio; que los Coen hayan visto mi trabajo, y que encima les haya gustado, me sobrepasa”), y en una muy discutible decisión, hubo un ex aequo para las actrices Emmanuelle Bercot (Mon roi) y Rooney Mara (Carol). La francesa no merecía el honor.

En general, la sección Oficial a concurso ha tenido un más que aceptable nivel. No ha ocurrido lo mismo con Una cierta mirada, que ha quedado bastante diezmada ante la fortaleza de las proyecciones fuera de concurso y de la Quincena de Realizadores, donde se han refugiado los veteranos directores franceses y prometedores cineastas del resto del mundo. El delegado general de Cannes, Thierry Fremáux, deberá meditar sobre este y otro problema: ¿por qué una de las grandes películas del año, la obra maestra de la factoría Pixar Del revés (Inside Out), de Pete Docter, no competía? Por no hablar de la ausencia del cine español en la Oficial. Otro año más y van…

El cine latinoamericano ha salido sin embargo bastante reforzado con sus triunfos en la Cámara de Oro, que galardona la primer película en cualquier sección del certamen, y que fue para la colombiana La tierra y la sombra, de César Augusto Acevedo; en la Quincena de Realizadores de la también colombiana El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, y de la argentina Paulina (La patota), de Santiago Mitre en la Semana de la Crítica. Acevedo, que logró uno de los galardones más prestigiosos del mundo del cine, explicó el honor de ganar la Cámara. “No sé qué vendrá después, ni soy aún capaz de valorar su importancia para la cinematografía colombiana. Mi película habla sobre un pueblo arrasado, sobre la identidad y la memoria perdida, avasallado por la idea del progreso. Espero que la vean en mi país, porque para ellos está hecha”.

Una gloria como la de la directora Agnès Varda, que ha recibido en esta edición la Palma de Oro de Honor, que recae por primera vez para una mujer. No es suficiente para contrarrestar el habitual desequilibrio en el cine entre creadores y creadoras. Eso sí, en 2016 el programa Women in Motion ya entregará premios a las cineastas, con lo que el festival de Cannes empezará a resolver otra sus sempiternas deudas pendientes. (Fuente: El País)

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