Ahora el publicista Antonio Cervera le quiere jugar al mártir.
En sus medios de comunicación, que incluyen mega pantallas instaladas en la vía pública -con nebulosos permisos municipales- el regidor con licencia y ahora candidato a diputado federal, alega ser víctima del ¡municipio!
El “chapulín” Cervera se queja que Víctor Olvera, el secretario particular del alcalde Paul Carrillo, filtró fotos a periódicos priistas en los que sale en el alcoholímetro, con el propósito de dañar su imagen y candidatura.
Lo cierto es que no se entiende que Cervera pudiera estar enojado con Paul, pues fueron aliados en el proceso electoral local de 2013 y ha sido un manso corderito como miembro del cabildo, en donde se maniata y su dedito está a lo que diga el Alcalde.
De hecho, fue el ariete para invalidar el Plan de Desarrollo Urbano, aprobado por la anterior administración y hacer uno a modo de los interés del actual Gobierno, afectando áreas de amortiguamiento ambiental.
Es evidente que Cervera está por demás devaluado y que ya nadie le cree eso que no es político y que siempre ha sido un ciudadano.
Ahora busca, a partir del amarillismo y nulo rigor periodístico de medios de escasa circulación, hacerse el mártir para tratar de posicionarse y ser una “remake de “El Chacho” o de “Greg”.
Pero, esa película ya está muy vista.