Por supuesto que da mucho qué pensar que un policía federal, el director y el subdirector de una de las academias regionales del Sistema Nacional de Seguridad Publico, hayan sido abatidos por un sujeto.

También preocupa que un sujeto pueda ir armado, así no más por la ciudad, y si se enoja, pues tira plomazos.

Y es de suponerse que los santificadores del turismo estén al borde del soponcio porque el evento ocurrió en la zona hotelera de Cancún.

Pero lo que más preocupa es que el sujeto, a pesar del tremendo alboroto, logró darse a la fuga.

Que patrullas nuevas, ni que verano seguro, ni que gobierno coordinado, ni que ocho cuartos…

Por muchas patrulla nuevas que dicen que haya, están estacionadas porque el ayuntamiento, que dice administrar Paul Carrillo, está quebrado.

Y frente a una policía inmóvil, es muy fácil que un agresor o un delincuente se pueda dar la fuga.

Quizá Paul Carrillo debería dar una pausa a su precampaña y reorientar esos recursos a Seguridad Pública

Y, quizá, Paul debería de ponerle más atención al tema de seguridad pública pues lo de la balacera de la zona hotelera es más que un hecho aislado.

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