Ver para creer.
Que ahora Jorge Polanco Zapata está tocando las puertas de Morena para ser su candidato a Gobernador.
En el siglo pasado, Polanco sonó fuerte para ser Gobernador, primero por el PRI y luego por el PRD.
Pero en ambos casos, la que era su principal fortaleza terminó siendo su mayor problema. Fue el delfín de Mario Villanueva, pero por eso fue vetado por el entonces presidente Ernesto Zedillo y luego, tras los señalamientos de que el entonces Gobernador estaba vinculado con el narco, el PRD prefirió también no hacerlo su candidato y dejó a Gastón Alegre.
Finalmente se pasó a Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) y desde ahí combatió, primero a Joaquín Hendricks, y luego a Félix González.
Traicionado por Gregorio “Greg” Sánchez, terminó reconciliándose con el PRI y su hija, Berenice, apoyó en la contienda de 2010 a Roberto Borge, que la hizo subsecretaria, diputada local, presidenta de la Comisión de Justicia del Congreso del estado y la enfiló a ser diputada federal, cargo que no obtuvo por los acuerdos del PRI nacional con el PVEM.
Y hoy, con el padrinazgo de su ex compañero en el Senado, Ricardo Monreal, flamante delegado electo de la delegación Cuauhtémoc, del D.F., Polanco quiere ser el candidato de Morena.
Pero la nominación de Polanco en Morena implica un tremendo conflicto de intereses, pues se ve complicado que sea al mismo tiempo “betista” y “pejista”.